20 may 2012

Solemnidad de la Ascensión. REFLEXION Evangelio Semanal


 SACUDIÉNDOSE Y SUBIENDO
Después de aparecerse a los discípulos durante 50 días, el tiempo de Pascua culmina con la fiesta de la Ascensión y el domingo siguiente con la celebración de Pentecostés.
El evangelio de Marcos 16,15-20 nos muestra el hecho de la Ascensión que hoy celebramos, pero en el relato de Lucas 24, 46-53 es una imagen más explícita de lo que aconteció en ese momento de la Ascensión de Jesús al cielo: Mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.”
¿Qué entendemos por la Ascensión? Uno puede entenderla como esa huída del mundo, de los problemas… ahora el Señor se fue al cielo y aquí nos dejó con los problemas. Esta tipo de ascensión la desearíamos muchos de nosotros… Cuantas veces uno sueña despierto, como fantaseando y soñando un mundo ideal. ¿Quién no ha escuchado: “Estas en las nubes” o “estas en babia”? Es decir, entrar en ese estado de trance de querer huir de la realidad y soñar con un mundo mejor… el otro lado de la moneda es vivir en el mundo de la queja y estar anhelando lo del vecino. En el fondo es esa mentalidad que piensa que todo lo que le toca vivir aquí es un obstáculo para la felicidad, y al final siempre está anhelando vivir otra cosa. Quien es rubio quiere ser moreno, quien es bajo quiere ser alto, quien es relleno quiere ser flaco, quien es flaco quiere ser más grande… al final uno nunca está contento con lo que tiene y siempre es una huída de sí, soñando que otra cosa distinta será siempre mejor. ¿Alguien se identifica con esto? Pues lo que dicen en el cine: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
La fiesta de la Ascensión tiene otro significado… y nos puede iluminar mucho a nuestro día a día. Jesús asciende al cielo en cuerpo y alma gloriosos, y Él nos abre el camino al cielo… y nos invita a no quedarse atrapado en los pesimismos del día a día, ni en la pesadez de los problemas. Lo que uno vive, por miserable que sea, sólo por gracia de Dios – y si uno lo pide – puede ser transformado: lo que es obstáculo en bendición, aquello que es trampa en trampolín, y no dejarse aplastar sino elevarse por encima de los problemas… No huir de ellos, no negarlos, no reprimirlos, sino que quedando afectado -pues nos afectan las cosas- tener la capacidad de sobreponerse y desde la fuerza interior poder ponerse por encima. Os cuento un cuento que nos ayudará a entenderlo:
Un campesino tenia una mula. En un lamentable descuido, la mula cayó en un pozo que había en la finca. El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo. El campesino llamó a sus vecinos y les contó lo que estaba ocurriendo y les pidió para que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo y así no continuara sufriendo.
Cogieron las palas y cubos y empezaron a arrojar tierra encima de la mula. Al principio, la mula se puso histérica.
Pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban tirando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una pala de tierra cayera sobre sus lomos.
¡ELLA DEBIA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA! SACÚDETE Y SUBE. sacúdete y sube. sacúdete y sube!! Repetía la mula para alentarse a sí misma.
No importaba cuan dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo tormentoso de la situación, la mula luchó contra el pánico, y continuó SACUDIÉNDOSE Y SUBIENDO. A sus pies se fue elevando el nivel de donde se apoyaba. Llegó el momento en que la mula cansada y abatida pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo. La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrentó la adversidad…
La Ascensión es el camino al que nos invita el Señor a ponerse por encima de los problemas que nos abaten, sostenidos y elevados por su gracia, y en vez de dejar que nos hundan, los podamos transformar en bendición. Así es como acaba el Evangelio de Lucas: estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

17 may 2012

VI Pascua, REFLEXION Evangelio Semanal


El mandamiento del amor.
Jesús dice: Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. La pregunta que me surge es ¿Qué es amar?... pues hoy todo el mundo habla del amor, y cada uno entiende la feria según le fue en ella, es decir, que cada uno lo puede entender según entienda.
¿Qué es amar? Cada uno lo puede entender de distinta manera.  Amar es una palabra demasiado usada, o bien se podría decir, mal usada.  ¿Que es amar? ¿dónde encontramos la verdadera definición del amor?  Vas a cualquier Casa del Libro… y puedes encontrar cientos de títulos con la palabra amor.
Los más liberales dicen que el amor es hacer el sexo, es decir, utilizan la expresión “hacer el amor”…  
Los más materialistas llegan a creer que el amor es dar cosas a sus seres más queridos… Una vez hablaba con una chica joven y me decía: “mis padres me lo han dado todo, materialmente hablando nunca me ha faltado de nada, pero yo no quería cosas yo quería estar con ellos.  Charlar, pasar tiempo, jugar a las cartas, sentarnos a contar chistes, dar un paseo, simplemente estar con ellos… pero poco estaban en casa, siempre trabajando.
Para los más egoístas amar sería hacer cosas por los demás pero esperando siempre recibir algo a cambio. 
Para los más altruistas amar sería irse unas vacaciones de voluntario a un país del tercer mundo con una ONG… aunque luego al regresar a casa y a ver visto tanta pobreza, necesidad y miseria su vida continúe igual de consumista.  Fueron vacaciones, no fue un compromiso con los necesitados.
Para los manipuladores, amar sería manipular al otro para hacer lo que yo creo que es mejor y aquellos que son más débiles acaban siendo manejados. Como aquella chica que convence a su amiga insegura que aborte, aún en contra de sus valores, solo por que ella piensa que es lo más práctico… pero en el fondo no ha respetado los valores de la otra chica, no se ha interesado que es lo que ella cree profundamente… la primera convence a la otra para hacer lo que ella piensa. Amar pasaría primero por interesarme que es lo que piensa la otra persona y respetar profundamente sus valores.
Para una madre controladora, amar sería decirle al hijo todo el rato lo que tiene que hacer, pensando que le está educando bien y no se a cuenta que lo tiene completamente atado.
En todas estas formas hay mucho bien, pero el amor no esta del todo depurado de algo de egoísmo y búsqueda de interés personal. ¿Cómo descubrir lo que es el verdadero AMOR?
- Hay un refrán que dice: “Obras son amores y no buenas razones”. El amor se entiende desde el ejemplo, desde la acción. Los libros de moda, las canciones más populares hablan todas del amor… Pero Amar no son razones, o canciones … amar es acción
- Jesús dice: amaos como yo os he amado… y uno le puede preguntar a Jesús:  ¿y como me has amado, Señor? Y el dice a continuación: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, y por vosotros yo he dado la vida.
Dar la vida por otro, a veces son gestos heroicos, pero otras veces es el compromiso con el otro desde situaciones sencillas como poder estar junto al otro en los momentos más difíciles, explicar un tema, hacer el esfuerzo por escuchar al otro.
Desde algo tan sencillo como esa joven que me decía que para ayudar a su compañera de clase en los exámenes, renunció a su comodidad y le propuso a la amiga que fuese a su casa que la ayudaba a estudiar lo que no entendía... Hasta gestos más generosos como se catequista y dar una hora a la semana para enseñar la fe a los más pequeños. O incluso gestos más heroicos como la mama que aún sabiendo que va a tener un niño retrasado, decide no abortar. 
Todos estos gestos no se entienden en un mundo tan egoísta como el nuestro… hay que ser muy generosos y muy desprendidos para dar la vida por otra persona.  Invertir horas, tiempo, detalles, gestos, palabras… ¿Por qué sabes que un hogar es alegre, está lleno de vida, hay verdadero amor? por que hay alguien que esta dando la vida por los demás generosamente al estilo de Cristo.

La oración de San Francisco de Asís nos puede ayudar para saber que nuestra vida está llamada a darse a los demás:
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, que yo lleve el amor;
donde haya ofensa, que yo lleve el perdón;
donde haya discordia, que yo lleve la unión;
donde haya duda, que yo lleve la fe;
donde haya error, que yo lleve la verdad;
donde haya desesperación, que yo lleve la esperanza;
donde haya tristeza, que yo lleve la alegría;
donde haya tiniebla, que yo lleve la luz.
Oh, maestro, haz que yo nunca busque
ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, sino yo amar.
Porque es dando como se recibe;
es perdonando, como se es perdonado;
y muriendo se resucita a la vida eterna.
Amén.

5 may 2012

V Pascua, REFLEXION Evangelio Semanal


Yo soy la vid
(P. Luis Tamayo)

Semanas pasadas hablábamos de la importancia de las imágenes en la Palabra de Dios para explicar las realidades de fe. El domingo pasado Jesús escoge la imagen del Buen Pastor, esta semana escoge la imagen de la vid y los sarmientos (Jn 15, 1-8)

Supongo que habéis visitado alguna vez alguna plantación de uva. Ver de cerca una vid. Es una imagen muy sugestiva. Jesús caminó por los campos de Israel y allí tuvo la ocasión de ver viñedos, campos de uva. Mirando la imagen de la vid, Jesús se da cuenta que la rama o el sarmiento que permanece unido a la vid o tronco principal ese está verde y fresco y, a demás, da fruto abundante de uva, pero también se fija que hay sarmientos que son largos y que llevan el peso de la uva y se resquebrajan, se rompen, y se separan de la vid, quedando secos y su fruto muere. Esta imagen le sugiere a Jesús una lección.

Jesús dice: Yo soy la vid verdadera. Permaneced en mi y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por si mismo, sino permanece en la vid, así tampoco vosotros podéis dar frutos de vida, si no permanecéis unidos a mi. Jesús quiere que nuestras vidas den fruto abundante, pero para ello nos pide estar unidos a él. 

Le podemos preguntar a un labrador ¿qué es lo que da vida al sarmiento y hace que tenga fruto abundante? La sabia. La sabia no la vemos, pero es la que corre por el interior; pasa del tronco principal de la vid a las ramas y de esta manera estas son capaces de producir fruto abundante.
La sabia es aquello que no se ve, es la vida interior de uno. Es la Vida y el Amor del Espíritu Santo que penetra en nuestro corazón a través de nuestra unión con Cristo y va regenerando la vida, la ilusión, las ganas de vivir por dentro. Una vida unida al resucitado da como fruto una vida resucitada, es decir, una vida llena de ilusión por la vida a pesar de las dificultades, una vida con ganas de seguir luchando por la familia, una vida llena de los frutos del Espíritu Santo, que son el amor, la paz de corazón, la serenidad interior a pesar de los malos entendidos, la humildad, la alegría, la honestidad, el perdón, el reconciliación, etc. Estos son los frutos que nuestra vida puede dar abundantemente si estamos unidos a él.

Jesús vuelve a repetir más adelante: Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mi y yo en él ese da fruto abundante; por que sin mi no podéis hacer nada. Al que no permanece en mi, es como es como la rama que se seca y la echan fuera.

¿Quién no tiene la experiencia de estar seco por dentro? ¿de sentir que se le van las ganas de vivir? ¿de sentir desmotivación, falta de alegría, incluso falta de esperanza… desesperación? Todos lo hemos sentido alguna vez. Estas experiencias son llamadas a reactivar nuestra unión con Jesús (¿habéis visto lo que es un injerto de una rama a un tronco?) Volver a conectar con él a través de la oración, la lectura de la Palabra, acudir a los sacramentos (la eucaristía o la reconciliación) y el esfuerzo por una vida que busca vivir las virtudes. Permitidme decir algo de las virtudes.

Cuando hablo con la gente siento que a veces para unirnos a Jesús lo reducimos sólo a la oración, pero esto no lo es todo, es decir, esta la otra dimensión de vivir y practicar, que es lo que refuerza la unión con Dios. Una persona que busca vivir una vida de virtudes es la entrada más segura a la unión permanente con Jesús. 

Me decía un joven que al escuchar la palabra “virtud” le producía alergia, pero en el fondo es por que no sabía del todo el significado. Un ejemplo: tener la costumbre de ser honesto es ser virtuoso, sin embargo tener la costumbre de decir mentiras es tener un vicio. Ser virtuoso es la practica asidua de las virtudes, como la honestidad, la sinceridad, la generosidad, el servicio, la escucha al otro, la disponibilidad, el trabajar correctamente, la justicia, el perdón, la buena voluntad, tener fe en las personas, no dar a nadie por perdido, etc.

Para acabar una pregunta: ¿qué virtudes necesito cultivar en mi vida para estar más unido a Dios?

Feliz día de la madre!!


Feliz día de la madre!!
(en España)

Desde Vitaminas de Fe nos acordamos de todas las madres que han hecho tanto por sus hijos. Gracias por vuestra entrega, por la paciencia, el sufrimiento, las alegrías, los abrazos, el apoyo, y todo el amor recibido vuestro.  Gracias a todas la mamás!!

INTERESANTE: ¿Como se determina la fecha de la Pascua?


¿Como se determina la fecha de la Pascua?

La fecha de la pascua es variable. La razón es la conexión entre la pascua judía y la cristiana. La Iglesia determina la fecha de la pascua cada año según el calendario judío que es diferente al nuestro. 

El calendario judío es lunar (tiene 354 días y se basa en las fases de la luna) mientras que el nuestro es solar. Cada cuatro años los judíos intercalan un mes a su calendario, no según un método definido sino arbitrariamente por orden del Sanedrín. 

Los judíos comen el cordero pascual la víspera del 15 de Nisan, o sea el 14 por la noche. (Nisan es el primer mes del calendario judío). Jesús celebró la pascua (la última cena) según la costumbre judía la víspera de la Pascua, o sea, el 14 de Nisan. Murió en la cruz el 15 de Nisan y resucitó el 17 de Nisan. Resulta que en aquel año el 15 de Nisan cayó en viernes y por lo tanto el 17 de Nisan cayó en domingo (que en aquella época no se llamaba "domingo"). 

La diferencia entre los calendarios (judío y romano) dio lugar a numerosas controversias sobre la fecha para la celebración de la pascua. Los judíos cristianos continuaron usando el calendario judío para la pascua. Celebraban la pasión el 15 de Nisan y la pascua de resurrección el 17 de Nisan (fuese o no domingo ese año). En el resto del imperio, sin embargo, se tomó en consideración que Jesús históricamente resucitó el domingo. Celebraban basado en el domingo, fuese o no ese año el 15 de Nisan. Además, todos los domingos se celebra a la fiesta de la Resurrección.

Pero quedaba un problema: ¿Cual domingo preciso escoger para la celebración anual de la pascua?. No todos los cristianos celebraban el mismo día la pascua. Ya desde el siglo III se consideraba que, según el calendario romano, Jesús murió el 25 de Marzo y resucitó el 27 (Computus Pseudocyprianus, ed. Lersch, Chronologie, II, 61). Algunos obispos celebraban la pascua según esas fechas fijas. La Iglesia Romana, basada en la autoridad de San Pedro y San Pablo celebraba la Pascua el primer domingo después de la primera luna llena después del equinoccio de primavera. Este domingo siempre cae entre el 22 de Marzo y el 25 de Abril.

El Primer Concilio de Nicea (325) decretó que la práctica romana para determinar el domingo de Pascua debe observarse en toda la Iglesia. En referencia al domingo de pascua se calculan las otras fiestas movibles del calendario litúrgico.

La Iglesia ortodoxa celebra la pascua otra fecha, según el calendario Juliano (ortodoxo ruso).

La temporada de la Pascua

Siendo la fiesta mas importante de la liturgia, la Pascua se celebra por 50 días, desde el domingo de Pascua hasta Pentecostés. Según la liturgia actual, la cuaresma termina en la tarde del Jueves Santo con la liturgia de la Cena del Señor que da comienzo al Triduo Pascual. El Viernes Santo se hace el "ayuno pascual" que se continúa el sábado santo, preparatorio a la gran celebración pascual . El triduo culmina en la Vigilia Pascual del sábado por la tarde.

Los primeros ocho días de la pascua constituyen la octava y se celebran como solemnidades del Señor. 

El agua bendecida en la Vigilia pascual se usa para los bautismo en toda la temporada de pascua. 

En el día 40 de la pascua se celebra la Ascensión del Señor y los 9 días de la ascensión a Pentecostés (la novena original) son días de intensa preparación para la venida del Espíritu Santo.