6 dic 2008

2º Domingo de Adviento


¡Preparadle el camino al Señor! (Mc 1, 1-8)
(Padre Luis Tamayo)

Estamos en la segunda semana de Adviento, seguimos en esta búsqueda de preparar las Navidades… Ayer estuve en casa de unos amigos y ya lo tenían todo decorado… arbolito, luces, bolas navideñas, Belén, angelitos y estrellas… y me decía mi amiga “pero pocos regalos pues estamos en crisis…” el adviento es ese tiempo para preparar las Navidades en casa y también como un camino personal interior. El evangelio de hoy nos lo recuerda “Preparadle el camino al Señor!”.

Leía esta semana que San Bernardo habla de una triple venida del Señor, es decir, además de la primera y de la última hay una intermedia. La primera fue cuando Jesús nació en Belén… la Natividad que hoy llamamos Navidad. La última venida de Cristo será en el día de nuestra resurrección. Y es la intermedia que ocurre ahora en nuestro tiempo.

El santo dice que la primera y la última son visibles, pero la intermedia, la que ocurre ahora en nuestro tiempo no es visible, sino que ocurre en lo íntimo del creyente, en lo profundo del alma y en el silencio del corazón. De manera que, en la primera venida, el Señor vino en carne y debilidad, en la última vendrá en gloria y majestad… pero en esta venida intermedia Dios viene en el silencio, que es lo propio del Espíritu. Y por ser del Espíritu no es visible con los ojos, pero si que es sensible y se nota en la vida de las personas por los frutos.

Por ejemplo, un joven me contaba que delante de un examen que no se sabía la respuesta tuvo la oportunidad de copiar, pues tenía las notas a mano, pero el pensó en su honestidad… Sus compañeros le decían: “que tonto eres…” Y el me explicaba: “me pudo más el ser honesto que copiar, y que prefiero decir la verdad y reconocer que no lo estudié bien”.

En Cebú, también recuerdo que fue una gran noticia en la radio y los periódicos que un conductor de autobús encontró unos sobres de empresa que alguien se dejó olvidado, y entre los papeles se encontró un cheque al portador de gran cantidad de dinero. El conductor lo llevó al Ayuntamiento y se localizó al dueño. Ese hombre buscó antes su integridad como persona que robar. La gente dirá “que tonto”, sin embargo el prefirió ser honesto. 

Estuve en una boda de un matrimonio joven que se casaban por la Iglesia – esto ahora hay que remarcarlo –. Hubo un momento donde los dos se dirigieron al público y dieron su testimonio de fe. Y me llamó la atención cuando ella decía “nos casamos por la Iglesia por que queremos que Dios bendiga nuestro matrimonio… y yo voy vestida de blanco, no por que toca o es moda, sino por que verdaderamente soy virgen y hoy me voy a entregar por primera vez a este hombre que ya es mi marido”. 

¿Qué es lo que puede pensar mucha gente? que son unos “carcas” (conservadores), pero la verdad es que nos dejaron a todos impactados por lo impresionante que es que hoy una pareja sepa respetarse con un amor puro, limpio, honesto… y con esa alegría y sinceridad con que contaba las cosas… y no era gente rara… el chaval con sus melenas, ella muy escotada… gente normal!!!

En estos casos no ves de forma visible la venida de Jesús, pero se nota en las opciones de vida del joven, o del conductor o de esta pareja. A mí todo esto me impacta. Es la venida silenciosa de Jesús en las vidas de las personas. Estoy seguro que vosotros tenéis también muchas experiencias de estas.

Dios viene en el silencio, pero cuando viene se nota, pues tiene la fuerza para mover una vida, para hacer opciones, para cambiar actitudes… cuando viene a la vida de alguien es un silencio que hace ruido.

Dios quiere venir de nuevo y el evangelio hoy nos lo recuerda… Preparadle el camino al Señor!
Recuerdo que viví en una casa donde necesitábamos poner una capilla con el Santísimo, y no teníamos mucho espacio… quedaba la buhardilla, pero estaba llena de trastos y cacharros, muy sucia… telas de araña, todavía recuerdo que allí vivía un murciélago… nos pusimos “manos a la obra” y empezamos a preparar la buhardilla para el Señor. Sacamos escombros, trastos, limpiamos, pintamos… quedó una capilla muy acogedora… poco después bendijimos la capilla y pusimos a Jesús en el Santísimo. 

Me acordé tanto de mi vida… ¿No es acaso esta mi experiencia? ¿No es esto como mi vida? ¿No es esto preparar la Navidad y dejar que Jesús venga y nazca en mi corazón? Quitar escombros, egoísmos, mentiras, resentimientos, avaricias… y preparar la venida del Señor en el silencio del corazón.

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