17 may 2009

V Pascua, REFLEXION Evangelio Semanal


“Obras son amores y no buenas razones”
(P. Luis Tamayo)

Jesús dice: Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. La pregunta que me surge es ¿Qué es amar?... pues hoy todo el mundo habla del amor, y cada uno entiende la feria según le fue en ella, es decir, que cada uno lo puede entender según le vaya.

Los más liberales dicen que el amor es hacer el sexo, es decir, utilizan la expresión “hacer el amor”… 

Los más materialistas llegan a creer que el amor es dar cosas a sus seres más queridos… Una vez hablaba con una chica joven y me decía: “mis padres me lo han dado todo, materialmente hablando nunca me ha faltado de nada, pero yo no quería cosas yo quería estar con ellos. Charlar, pasar tiempo, jugar a las cartas, sentarnos a contar chistes, dar un paseo, simplemente estar con ellos… pero poco estaban en casa, siempre trabajando.

Para los más egoístas amar sería hacer cosas por los demás pero esperando siempre recibir algo a cambio. 

Para los más altruistas amar sería irse unas vacaciones de voluntario a un país del tercer mundo con una ONG… aunque luego al regresar a casa y a ver visto tanta pobreza, necesidad y miseria su vida continúe igual de consumista. Fueron vacaciones, no fue un compromiso con los necesitados.

Para los manipuladores, amar sería manipular al otro para hacer lo que yo creo que es mejor y aquellos que son más débiles acaban siendo manejados. Como aquella chica que convence a su amiga insegura que aborte, aún en contra de sus valores, solo por que ella piensa que es lo más práctico… pero en el fondo no ha respetado los valores de la otra chica, no se ha interesado que es lo que ella cree profundamente… la primera convence a la otra para hacer lo que ella piensa. Amar pasaría primero por interesarme que es lo que piensa la otra persona y respetar profundamente sus valores.

¿Qué es amar? Cada uno lo puede entender de distinta manera. Amar es una palabra demasiado usada, o bien se podría decir, mal usada. ¿Que es amar? ¿dónde encontramos la verdadera definición del amor? Vas a cualquier Casa del Libro… y puedes encontrar cientos de títulos con la palabra amor.

Hay un refrán que dice: “Obras son amores y no buenas razones”. El amor se entiende desde el ejemplo, desde la acción y no solo desde un libro.

Amar no son razones lógicas… amar es acción. Jesús dice: amaos como yo os he amado… y uno le puede preguntar a Jesús: ¿y como me has amado, Señor? Y el dice a continuación: Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, y por vosotros yo he dado la vida. Para los que tenemos fe, lo vemos en la cruz.

Dar la vida por otro, a veces son gestos heroicos, pero otras veces son gestos sencillos.  Dar la vida por el otro puede ir desde el compromiso con otra persona desde situaciones sencillas hasta situaciones más difíciles.

Como esa joven que me decía que para ayudar a su compañera de clase en los exámenes, renunció a su comodidad y le propuso a la amiga que la ayudaba a estudiar lo que no entendía sin importale restar tiempo para ella. 

O como la mama que aún sabiendo que va a tener un niño retrasado, decide no abortar y asumirlo para toda la vida. Estas cosas no se entienden desde la lógica… hay que ser muy generosos y muy desprendidos para dar la vida por otra persona. Invertir horas, tiempo, detalles, gestos, palabras… ¿Por qué sabes que un hogar es alegre, está lleno de vida, hay verdadero amor? por que hay alguien que esta dando la vida por los demás generosamente al estilo de Cristo.

San Francisco de Asis escribió una oración donde expresaba que amar no era recibir sino darse:

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, que yo lleve el amor;
donde haya ofensa, que yo lleve el perdón;
donde haya discordia, que yo lleve la unión;
donde haya duda, que yo lleve la fe;
donde haya error, que yo lleve la verdad;
donde haya desesperación, que yo lleve la esperanza;
donde haya tristeza, que yo lleve la alegría;
donde haya tiniebla, que yo lleve la luz.
Oh, maestro, haz que yo nunca busque
ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, sino yo amar.
Porque es dando como se recibe;
es perdonando, como se es perdonado;
y muriendo se resucita a la vida eterna.
Amén.

No hay comentarios: