15 ago 2010

La Asunción de la Santísima Virgen María

La fiesta de la Asunción: Buscando las cosas de arriba (P. Luis J. Tamayo)

“El dogma de la Asunción afirma que el cuerpo de María fue glorificado después de su muerte. En efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio” (JP II, 2-julio-97).

La Asunción es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que nosotros caminamos.

En la Iglesia todos hemos oído la expresión: "Aquí estamos de paso. Nuestra meta es el cielo no la tierra…" ¿qué significa poner nuestra mirada en la meta última que es el cielo? Durante muchos años no entendía bien que quería decir, o pensaba como si todo lo de la tierra tuviera encerrado el diablo… "no hagas esto, no a lo otro, etc." Gracias a Dios que con el tiempo he ido descubriendo que el problema no está en las cosas sino en el uso que yo hago de las cosas, el problema está en mi actitud. Lo que hace que una cosa pase de ser buena a ser diabólica es mi actitud, no la cosa en sí.

Por ejemplo: el ordenador puede ser un instrumento de trabajo o un instrumento de adicciones. La moda puede ser un instrumento en función de mi bienestar, en invierno necesito abrigarme… o puede llegar a ser una enfermedad compulsiva de gasto.

¿Cómo educo mi actitud frente a las cosas?

Dos ejemplos: 1) este verano en los Picos de Europa tomé un guía que ofrecía la comarca para subir a una cima. A las 9am estaba en el lugar de encuentro. Solo estaba el guía, su hijo de 6 añitos y yo. Empezamos la marcha. Tres horas de subida. En un lado de la montaña estaban los restos de una antigua mina cerrada en 1911. El niño al ver tanto mineral esparcido por el suelo sacó su bolsita y empezó a coger piedras ‘preciosas’, y le dice a su padre: “Mira papá, para una colección”. El padre le mira y le dice: “déja todas las piedras y sólo coge una. El mejor lugar donde pueden estar es aquí, déjalas que siempre que regreses las encontrarás aquí. A demás, la avaricia mata al hombre”. Esta última sentencia se me quedó clavada. Esas pocas palabras fueron una lección magistral para educar una actitud frente a la vida. Es verdad, nos pasamos la vida recogiendo, coleccionando, guardando, esto por si acaso… Cuando marché a Filipinas en 1999, llevaba una mochila y una maletita… 8 años después cuando regresé traía un maletón y dos cajas… somos así… que si libros, que si un regalo…

2) El otro día hablaba con un hombre de películas; le dije que iba a estar aquí en Madrid este mes de agosto, y que si tenía alguna película que me la dejara para ver. Ayer me trajo 5 películas y me dice, no hay prisa en devolvérmelas, a demás estas películas no son mías, son tuyas y de quien las necesite. Su desapego me pareció admirable.

San Pablo dice: "Aspirad a las cosas e arriba, no a las de la tierra" (ver Colosenses 3,1-20) Es la invitación de María a vivir con ella este misterio de dejar que Dios nos vaya elevando al cielo, como ella vivió finalmente el misterio de ser llevada al cielo. Una fácil forma de entenderlo es ver como un corazón materialista se hace pesado y no se desapega de las cosas terrenas – es como la imagen del cohete que le cuesta despegar por su peso... y sólo es que poco a poco, cuando se desprende del peso, que se va elevando. El corazón que cultiva lo espiritual poco a poco se va desapegando de las cosas de aquí abajo y va buscando las de arriba. ¿Cuales son las cosas de arriba? las de siempre, las que no pasan, las perennes, las inmortales, las que dan vida y alegría. 

¿Qué lecciones aprendí de esas experiencias? generosidad, desprendimiento, y abundancia en el corazón (las cosas de arriba…). Te das cuenta como cuando una persona va teniendo el corazón lleno de Dios, no necesita llenarlo de cosas, y si las tiene puede vivir sin estar apegado a ellas. María, por supuesto que tuvo que vivir en la tierra haciendo uso de las cosas de la tierra, pero su corazón estaba lleno de Dios, por eso la llamamos llena de gracia, llena de Dios. 

No hay comentarios: