(P. Luis J. Tamayo)
Lucas 16, 1-13 En aquel tiempo, dijo Jesús a
sus discípulos: «Un
hombre rico tenía un administrador, y le llegó la denuncia de que derrochaba
sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de
ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido." El
administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi
amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza.
Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre
quien me reciba en su casa."
Fue llamando uno a uno a los
deudores de su amo y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" Éste
respondió: "Cien barriles de aceite." Él le dijo: "Aquí está tu
recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta." Luego dijo a otro: "Y
tú, ¿cuánto debes?" Él contestó: "Cien fanegas de trigo." Le
dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta."
Y el amo felicitó al
administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los
hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
Dicen que una vez, había un ciego sentado
en un parque, con una gorra a sus pies y un cartel en el que decía: "POR
FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO". Un creativo
de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en
la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y
escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del
ciego y se fue.
Por la tarde el creativo volvió a pasar
frente al ciego que pedía limosna. Ahora su gorra estaba llena de billetes y
monedas. El ciego reconociendo sus pasos le preguntó si había
sido él quien re-escribió su cartel y sobre todo, qué que era lo que había
escrito allí.
El publicista le contestó: "Nada
que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras".
Sonrió y
siguió su camino. El nuevo cartel decía: "ESTAMOS EN PRIMAVERA, Y... YO NO
PUEDO VERLA".
La creatividad y astucia de muchos
verdaderamente tiene un valor añadido.
El evangelio
inicia con esta extraña parábola de un administrador corrupto, el cual,
encontrándose en una situación desastrosa e irreversible, pues su patrón ha
descubierto que malgastaba sus bienes, reflexiona sobre su futuro y encuentra
una solución, aunque ciertamente muy egocéntrica y poco moral. Para asombro de
todos, el relato termina con el elogio del administrador corrupto, pero no por
lo que de ilegal e incorrecto ha cometido, sino porque ha sabido salir adelante y encontrar con creatividad y astucia
una maniobra para no sucumbir en una situación tan difícil (v. 8a).
La creatividad en España es excelente y le ha dado un valor añadido a la
“marca España”: leyendo una entrevista a un conocido cocinero decía que la
cocina española se ha convertido en un "referente" en los últimos 20
años. El país tiene "cinco o seis de los mejores restaurantes del
mundo" y todo debido a la gran creatividad de varios cocineros españoles.
Podemos hablar del marketing o de la publicidad española, son un verdadero
referente en el mundo internacional de la creatividad.
La creatividad y la astucia se agudiza cuando va en juego nuestra
supervivencia o nuestros propios bienes, entonces somos tremendamente
creativos! Dice el Evangelio que: Ciertamente,
los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.
Cuando se trata de cosas de este mundo, si que nos aplicamos con astucia para
ahorrar un euro… pero ¿qué pasa cuando hablamos del gran tesoro de la fe?
Conocí en Filipinas a un Jesuita que con mucha creatividad se había
ingeniado una estrategia para evangelizar la China comunista. En los años 60 pidió
permiso para visitar todas las universidades Jesuitas en el mundo y buscar en
ellas estudiantes chinos y arreglar con ellos el becarles con la condición que
ellos regresaran a la China y ayudaran a los jesuitas a trabajar junto a ellos.
Ahora estos son la entrada de muchos Jesuitas en las Universidades y Centros de
educación e investigación. Este fue un hombre con una astuta visión.
Pongamos todas nuestras capacidades para inventar
modos de vencer las adversidades, de superar los obstáculos, y sobre todo de
llevar la luz a otros muchos hombres. Iniciativas para
evangelizar, comunicar, transmitir, hacer llegar el Amor de Dios a muchas otras
personas. Los hijos
de la luz, debiéramos ser tan perspicaces y listos en la vida de fe y
evangelización, como lo son aquellos que se preocupan sólo de sus propios negocios
e intereses económicos.
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