2 oct 2008

Pensamientos al final del dia

Tiempos de quietud (por Luis Tamayo)


Es tarde, las 10 de la noche.  Llevo toda la tarde queriendo sentarme tranquilamente y escribir algo.  Dejar que las palabras broten desde dentro de mi corazón.  Necesito dejar salir lo que quedó atrapado en estos días.

Ayer estuve con unos amigos y les compartía que últimamente me veía un poco acelerado, haciendo un montón de cosas, incluso cosas muy buenas para los demás, dedicando tiempo a escuchar a otros, haciendo esto por aquí y lo otro por allí, viendo una película, una llamada, etc.  pero en el fondo, por dentro mucho ruido.

Mi amiga me dijo, "Luis cuídate!; necesitamos cuidarnos, tener tiempos de tranquilidad, de quietud, de oración, de lectura, de reflexión". Luego añadía, "este ultimo tiempo me gusta quedarme en casa los domingos, escuchar música clásica, hacer oración, leer un buen libro..."  Cuando escuchaba esto por dentro parecía como que mi anhelo se despertaba... "¿No es esto lo que yo quiero?" me decía por dentro.

¿Quién no añora tiempos de quietud? ¿Quien no desearía que las necesidades que nos apremian dejaran de existir y poder vivir sin el apretujón de tantas necesidades que muchas veces son irrelevantes?  

Que silencio!  No hay nadie en casa.  Solo el tic-tac del reloj. Yo y mi pensar. Yo y mi Dios... mejor mi Dios y yo...

Mi Dios... se que te necesito, se que encontrarte no es difícil.  Tú no se lo pones difícil a quien amas. Tú estás al alcance de cualquier persona.  Tú, simplemente, estás!

Mis ojos no te ven, pero estas presente. MIs oídos no te escuchan pero balbuceas en el interior de mis pensamientos.  Mis manos no te tocan pero te haces sentir en los deseos de mi corazón.  Gracias por ser tan cercano, gracias por estar aquí.

Qué bien que he parado estos 10 minutos.  Qué bien que he hecho caso a mi necesidad de quietud. 

A veces me pregunto con gran inquietud por que será que muchas veces en la vida no hay forma de parar, que siempre hay necesidad de ruido alrededor, que no hay capacidad de encontrar momentos de quietud y silencio.  A veces no queremos el silencio pues incomoda destapar el vacío que vivimos por dentro; pero otras muchas veces no podemos encontrar esos momentos tan envidiables.

Yo no quiero dejarme llevar por el ruido, por las prisas, por el jaleo, por los planes, por las actividades, y todo ello tan lícito y necesario, pero a la vez tan peligroso para una vida en profundidad.

El silencio sigue a mi alrededor.  El reloj sigue haciendo su tic-tac... Yo voy tocando más mi interior, voy dejando salir lo que quedó atrapado en estos dias.  ¿Miedos? de cara al futuro; ¿resentimientos? algunos; ¿egoísmo propio? también.  Pero lo mas bonito, lo mas grande, es la experiencia de creer que hay un Dios que me cuida.  

Saber que todo acontece para mi bien, querer vivir es esta seguridad, en esta promesa de Dios.  Dios es Amor y cuida de los suyos... y de mí.  No me puedo olvidar de esta verdad tan fundamental.  

Abandonar en Él mis miedos e inseguridades propias de mi condición humana; saber que me cuida, que Él traza mis pasos, que Él perdona mis incongruencias, que Él me da su amor incondicional.

Necesito del silencio para recibirlo, para ser consciente, para asimilarlo... no estoy acostumbrado a tanta generosidad, no se manejarme con tanto derroche de amor.  Necesito del silencio para acoger le a Él.

El silencio no es algo vacío, pues esta lleno de su presencia. Tiempos de quietud son para descubrir que no estamos solos, que alguien me habita.

Son las 10:40pm. La casa sigue estando tan quieta.  El reloj continúa con el ritmo del tic-tac. Estoy contento de haber parado y de poder entrar en lo que mas anhelaba, tocar un tiempo de quietud para tocarte a Tí, mi Dios.


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