Este día de navidad celebramos el Misterio de la Encarnación.
(P. Luis Tamayo)
¿Qué es el Misterio de la Encarnación? Es el deseo de Dios de estar cerca de los hombres, y esto sólo se entiende desde el amor, pues el amor no se entiende sin el amado, el Amor necesita estar cerca del amado. Esto es la encarnación. Un Dios que por puro amor ha querido estar junto al hombre.
Así lo dice la Palabra:
Proverbios 8,31 “Mis delicias es estar con los hombres”; o en Jn 3,16 “Tanto amó Dios a los hombres que envió a su único Hijo”
Dios quiere estar con el hombre, quiere estar junto a nosotros y saborear y disfrutar de nuestra compañía. No lo hace por necesidad, ni por obligación, ni por soledad, sólo por puro AMOR.
A veces nos cuesta entender lo que es ese “estar” sólo por amor y sin ningún interés de por medio, simplemente “estar”, saboreando la compañía del amado. En nuestras relaciones nos cuesta estar y disfrutar del otro pues siempre tenemos que estar haciendo algo, por ejemplo estamos hablando en la sobremesa y de repente alguien se tiene que levantar a recoger los platos… tranquilo! disfruta de la conversación… Estás hablando con alguien y ese está pensando en sus cosas y no presta atención; si estas en silencio con alguien durante un rato uno ya se pone nervioso… o alguien me dijo hace poco, yo puedo estar con mi marido 4 horas juntos y no nos aburrimos… pero claro delante del televisor…
Dios quiere disfrutar de ti, quiere estar permanentemente contigo y conmigo. Uno ya puede ignorarle, puede olvidarse de El, puede no reconocerlo, puede querer negarlo… pero El está. Él es el EMMANUEL, EL DIOS CON LOS HOMBRES.
¿Por qué se hace hombre? Decimos en el credo “Por nosotros y por nuestra salvación”…
A veces entiendo así la salvación, es decir para liberarnos del miedo que tenemos a ser verdaderamente humanos. ¿A quien no le cuesta aceptar sus propias limitaciones? Si pudiéramos quisiéramos ser súper héroes. Pero no, somos limitados, somos frágiles, tenemos defectos, pero esto es parte de nuestro propio ser hombre. Nos asustamos de nuestro propio pecado, ¿a quien no le cuesta reconocerlo? A veces no nos aceptamos como somos, la vejez la llevamos fatal, una enfermedad la rechazamos… cuanta queja! PERO SI TODO ESTO ES SER HUMANO… es como si nosotros quisiéramos ser robots.
Y Cristo viene a decirnos con la encarnación: eso que tu no quieres, tu propia humanidad yo vengo a asumirla para que no tengas miedo de sentir la fragilidad, las inconsistencias y limitaciones. Así profesamos en el credo que Dios es verdadero Dios y verdadero hombre. El quiso asumir libremente lo que nosotros muchas veces quisiéramos quitarnos de encima.
Dios al hacerse hombre se revistió de tu propia carne y tomo consigo tus propias limitaciones.
-Y cuando sufras la falta de reconocimiento… Jesús pasó por lo mismo en Belén,
- cuando sientas la pobreza, él pasó por lo mismo en Belén,
- y cuando experimentes carencias, el mismo las experimento por ti en Belén,
- cuando tengas un sufrimiento grande… el mismo pasó por ello en el calvario…
- para que no digas que Él esta lejos de tu humanidad… el mismo se hizo hombre
El mismo quiso pasar por ahí para decirte que eres lo más grande, que eres fruto del amor, que en tu humanidad no estas sólo, que en tu fragilidad puedes encontrar mucho amor.
Y todo esto ¿por qué? Para llegar a comprender que lo más grande no es la humanidad que tanto nos pesa, la carne que parece que todo lo domina, el pecado que a veces toma tanta importancia, los defectos que están siempre presente… lo más grande es que Dios tomando consigo la humanidad vino a elevarla a la máxima dignidad! Dios se hizo hombre para que el hombre pudiera participar de su divinidad.
Los medios de comunicación en general sólo presenta una imagen de hombre que es falsa… sólo se nos muestra lo que es capaz de llegar a hacer el hombre en negativo, pero no en positivo. Robar, atracar, ser violento, maltratar y matar… Esto no es el hombre. La TV poco habla de personas que dan la vida en la misión por pura gratuidad, de personas que entregan la vida como sacerdotes por amor a cristo y la humanidad, de mamas que cocinan cada día a sus seres queridos, de familias que viven la alegría de estar unidos, de papas que se levantan a las 6am para ir a trabajar para traer el pan a su familia por amor…
El hombre es mucho más de lo que nos cuentan, con la encarnación aprendemos que el hombre disfruta de la gran dignidad de participar del Amor divino de Dios en su propia humanidad.
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