Mirarán al que traspasaron (Zac12, 10)
Para la meditación de hoy quería dejarme guiar por el profeta Zacarías cuando dice “mirarán al que traspasaron”. Ayer tarde en un rato de oración me sorprendía el texto de la liturgia de hoy que leía, pues unía el salmo 45 y 2Co 4,6 al día de hoy en el que veneramos la cruz y contemplamos al crucificado (Is 52 y 53). El Salmo 45,2 dice así: “Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; y la 2ª de Co 4, 6 dice que en el Cristo resplandece la Gloria de Dios.
Yo me pregunto: ¿Cómo puede ser que la Palabra de Dios llame a un crucificado y a un hombre destrozado el más hermoso de los hombres, o que en él resplandece la Gloria de Dios?
El profeta Isaías prefigura lo que sería la pasión del Cristo (que tan bien reflejada está en película de Mel Gibson). Isaías 52, 13-53, 12:
“Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, no tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito… sin figura, sin belleza… Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.”
Acaba diciendo: “el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.”
Pero en el Nuevo Testamento vemos la realidad de como lo trataron: - Pedro, su amigo, le negó, y Judas le traicionó. - Sus acusadores le daban bofetadas. - Pilatos lo mandó azotar; y se lo entregó para que lo crucificaran. - Los soldados le ponen la corona de espinas y el manto color púrpura. Y ya en la cruz se repartieron sus ropas.
Esto es el camino de la cruz de Nuestro Señor, esto es lo que hoy contemplamos… y después de esto ¿Cómo se puede decir que en él encontramos la gloria del Hijo de Dios? ¿A caso lo entendemos? Esta es la meditación que he necesitad hacer hoy para captar algo de este misterio.
Para ello me ha ayudado hacer una comparación con el arte y mirar a la pintura moderna y contemporánea: Por ejemplo ¿cómo se puede entender la belleza en cosas como el cubismo, la abstracción, elementos geométricos, pintura imaginativa que deforma la realidad con manchas o espacios ilusorios? Hablando con una artista, me decía que sólo un experto con una sensibilidad y finura grande puede entender en eso una obra maestra cuando una persona de la calle sólo ve en ello un conjunto de líneas y manchas. Yo necesito ser experto en arte para distinguir en lo deforme la belleza de una obra maestra.
Delante de la cruz nos pasa lo mismo. Yo necesito ser experto en el arte de la entrega y del amar para distinguir en el rostro deforme del crucificado la gloria de Dios y la belleza del Amor redentor de Cristo. Necesito amar mucho para entender que en el desgaste de la vida por los demás hay gran belleza. Madre Teresa de Calcuta decía: "Ama, ama y ama y cuando te canses de amar… sigue amando." Y luego añade: "hasta que te duela, pues si duele es buena señal". En nuestra sociedad de la estética, del diseño, de la decoración, nos cuesta entender que en el deterioro de la vida, en el envejecimiento por atender a la familia o incluso en la perdida de la salud por los demás, existe una belleza escondida: JP II lo llamará EL ESPLENDOR DEL AMOR del crucificado.
Estando en Filipinas conocí a un misionero que estuvo trabajando en Camboya. Tenía una mano amputada pero desbordaba de alegría. Me chocó su expresión de ojos grandes y brillantes. Cuando me contó lo que le pasó entendí algo de lo que es el amor entregado gratuitamente. El estaba cerca de lo que llaman campos de muerte, pues están sembrados de minas terrestres** fruto de las guerras que han sufrido. Estas minas no iban a matar a la población, sino sólo a amputar miembros… fijaros la crueldad hasta donde llega que había minas dentro de muñecas o balones de futbol para que los niños las cogieran. Este misionero por evitar que un niño cogiera un balón se abalanzó sobre él y le explotó en la mano.
Si ves el muñón de una mano amputada visualmente es feo, no atrae… lo que dice el profeta Isaías: desfigurado, sin aspecto atrayente… pero cuando descubres el amor entregado que hay detrás descubres la enorme belleza del amor, el esplendor de hasta donde puede llegar la gratuidad y generosidad de una persona por los demás.
Nosotros no estamos en un campo de minas, pero en el día a día nuestro amor a los demás se pone a prueba: contradicciones, malos entendidos, cansancio, querer tirar la toalla, falta de paciencia, así es el mundo de las relaciones. Pero hoy estamos delante de la cruz - EL ESPLENDOR DEL AMOR - y no debiéramos quejarnos sino descubrir que es justamente ahí, en la fealdad de los malos entendidos, del rechazo o de la falta de aprecio… cuando podemos hacer resplandecer el esplendor de un NUEVO AMOR, como dirá San Pablo: Un amor paciente, servicial, que no se engríe, no se irrita, no toma en cuenta el mal y no guarda rencor alguno (1Co 13).
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