“Yo soy el camino, la verdad y la Vida. Presencia en la oración”
P. Luis J. Tamayo
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «…Que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»
Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. (Juan 14, 1-12 )
Vamos explicando en todos estos domingos de Pascua que cuando Jesús resucitado dice: “YO SOY!” Jesús mismo quiere reafirmar su presencia en la Iglesia de una forma nueva. Ya no le vemos en la carne de la humanidad sino que su humanidad gloriosa toma otra presencia que supera nuestros esquemas. El resucitado está presente en la historia, en la Iglesia, de una forma nueva. Jesús está presente (ver los domingos anteriores de Pascua) en el sacramento de la reconciliación, en medio de la Comunidad de fe y por medio del sacerdote. En este domingo Jesús nos dice: Yo me hago presente por medio de la oración.
La oración es el deseo de Jesús del encuentro personal: que “donde estoy yo, estéis también vosotros”. El encuentro de corazón a corazón. Cuando hay amor lo que quieres es estar con la persona amada. Recuerdo, hace años, el día que marchaba a filipinas de misiones. En el aeropuerto, al despedirme de mi madre, sentí como si ella se hubiese querido venir conmigo. Así es el amor, que le cuesta la distancia, que llora la separación. El amor desea la cercanía, la presencia del amado.
Es lógico que uno le pregunte al resucitado lo mismo que los discípulos: ¿dónde estás para estar yo contigo? En el silencio de la oración, presente en tu corazón, y como diría algún santo: en los latidos de tu corazón.
Jesús afirma su presencia en la oración diciendo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí”. Yo soy el camino al Padre.
San Agustín añadía en boca de Jesús: “Yo soy el camino que conduce a la verdadera vida”. Esta mañana hemos ido a ver una casa de espiritualidad de las Agustinas, y a la entrada tenían un gran cartel de palabras de San Agustín (de las Confesiones): “Nos hiciste Señor para Ti, e inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en Ti”. Él es el camino que conduce a la verdadera vida. Él es el camino que conduce al verdadero descanso.
Pero fijaos es sorprendente que el camino no lo inicia el hombre, sino que es él quien da el primer paso, que tiene la iniciativa, que inicia el camino. El Catecismo, haciendo referencia al encuentro de Jesús con la Samaritana, lo expresa muy bien (n. 2560) “Cristo va al encuentro de todo ser humano, es el primero en buscarnos y el que nos pide de beber (…) La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre.” La oración no es sólo el esfuerzo del camino que yo tengo que hacer, sino que es un camino donde el da el primer paso y me toma de la mano para caminar.
1 comentario:
Jesús dice claramente: YO SOY El camino, la verdad y la vida...NADIE PUEDE ir,llegar,estar etc.
Jesús declara tajantemente la forma en que el Padre puede atendernos,escucharnos,amarnos.NADIE va al Padre sino por mi. JUAN 14:6
En otro pasaje dice:Separados de MI (JESÚS) nada podéis hacer JUAN 15:5 Mi pregunta ¿Quien se merece la Gloria?
Publicar un comentario