29 may 2011

VI Pascua, REFLEXION Evangelio Semanal

Yo soy tu defensor (Misa de los jóvenes)

P. Luis José Tamayo

“Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros.” Juan 14, 15-21

Llevamos todo este tiempo de Pascua diciendo que Jesús busca afirmar su presencia en la Iglesia de una forma nueva. El sabía que después de la resurrección ya no le íbamos a tener entre nosotros como hombre sino que su humanidad gloriosa iba a tomar otra presencia. Jesús nos prometió estar presente en nuestro corazón con el Espíritu Santo.

Jesús en el Evangelio de hoy nos habla de la promesa de un defensor que estará siempre con nosotros. Y así fue. El pidió al Padre que nos enviara al Espíritu Santo que es el que nos asiste y protege a la Iglesia. A veces lo hace hasta de forma milagrosa: El otro día alguien me decía de forma irónica: Realmente yo creo en la existencia del Espíritu Santo que guía y protege a la Iglesia… por que a pesar de todas las meteduras de pata de los curas, la Iglesia sigue existiendo.

Y quien no ha sentido que Dios, como defensor, protege también tu vida y de una forma especial te ha sacado adelante en una enfermedad, te ha protegido de una calamidad, o te ha sacado milagrosamente de un accidente. Yo mismo, cuando era un chaval tenía una moto vespa, y la verdad, creo que conducía un poco alocado… siempre me ha gustado la velocidad, la sensación de chaval de ir por la carretera adelantando a los coches… bueno… Mi madre siempre me decía, con lo alocado que vas tu tienes a tu ‘ángel de la guarda’ agotado, haciendo siempre horas extras.

¿Quién no ha tenido una experiencia de sentirse con dificultad y en un momento dado ser defendido por alguien? Los sentimientos que salen cuando eres defendido son los de gratitud y fortaleza. Hoy día es muy común enviar a un hijo a estudiar al extranjero por un año entero. Pero hace 25 años atrás no era tan común. Recuerdo que cuando tenía 17 años mi madre quería mandarme a estudiar a USA pese a la oposición de otros miembros de la familia. ¿Estas segura de lo que haces? Siempre escucho a mi madre como la gente le ponía reparos, sin embargo, ella siempre salía en mi defensa… es una experiencia única, seguro que lo va a aprovechar al máximo… etc. A mi me llenaba de satisfacción encontrar a mi madre que salía en mi defensa y me apoyaba en todo aquello que fuera para mi crecimiento y formación.

En cuanto a la fe, cuando Jesús nos prometió que el enviaría al Espíritu Santo como tu Defensor, era justamente para apoyar y defender tu vida de fe, el crecimiento y madurez como cristiano. El Espíritu Santo es defensor de tu integridad como persona, defiende el amor que hay en tu corazón. Jesús le llama el Espíritu de la verdad. Y dice en el Evangelio El mundo no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros.”

Hablando con un chaval hace poco, me contó una experiencia que me llamó la atención: estaba en una fiesta en un local, lleno de chavales de su edad, la mayoría gente del colegio. Gente maja, chavales y chavalas de buenos colegios. Cuando salieron unos amigos a fumar un pitillo, entre ellos había uno que sacó unas pastillas del bolsillo y les ofreció. Eran éxtasis. El chaval me dijo que sintió una voz por dentro muy fuerte diciéndole, sal de ahí, no te metas en ese lío, déjales. Y me contaba que así lo hizo. Se fue como si nada. El me contaba que sintió que era una voz interior protegiéndole del lío. Y es que el Espíritu de Dios sabe bien protegernos, pues sólo busca que disfrutes la vida de una forma sana.

¡Cuántas veces cuando uno se ha enfadado con sus padres por un ataque de orgullo, uno siente como esa voz interior que te empuja a pedir perdón! Y cuando lo haces te llena de satisfacción y alegría. El Espíritu es el de la fortaleza, el de la alegría, el del entusiasmo… Cuántas veces cuando uno quiere tirar la toalla, y sientes al Espíritu trabajando dentro de tu corazón como una ráfaga de ánimo y fortaleza que te lleva a seguir luchando y dar pasos hacia delante…

Por eso Jesús dijo: Yo me voy, pero no os dejaré solos, os prometo un Defensor… El Espíritu que defenderá el amor en tu corazón, que llevará la verdad en tu vida por delante, que te ayudará a alcanzar la madurez como persona y, en definitiva, como cristiano. vosotros, en cambio, lo conocéis, porque está con vosotros.

No sofoques la voz del Espíritu en tu corazón, no lo acalles!

No hay comentarios: