San José
Lo primero felicitar a todos los Josés, Josefinas, Pepes y Pepas.
San José fue nombrado Patrono Universal de la Iglesia por Pío IX (nono) el 8 de Diciembre de 1870.
Es también el patrón de los trabajadores, pues siendo escogido por Dios para su plan de salvación como padre de Jesús, trabajó con sus manos en la profesión de carpintero.
Es puesto por la Iglesia como modelo de esposo y padre. De esposo por su respeto, protección y cuidado hacia María su mujer; y de padre por su bondad y empeño educador hacia su hijo Jesús. Hay gente que le tiene mucha devoción a San José.
Meditando sobre la lectura de hoy (Mt 1, 16-24) aprendemos una lección maravillosa desde el ejemplo de José: La madurez del hombre no esta en la capacidad de tomar decisiones de forma individual o solitario, sino en la capacidad de consultar, contrastar y viendo otras posibilidades escoger lo que Dios quiere.
José en su fuero interno no entiende que pasa, sólo sabe que María espera un hijo que no es de él. Dice el evangelio que pensaba repudiarla en secreto, lo que nos dice obviamente que estaba disgustado, pues se vería en el conflicto de creer o no creer a María. “¿Cómo puede ser?” Si María le dijo que ese hijo fue concebido por obra del Espíritu Santo. ¿Qué crees que pensaría José? (¿quién ese pájaro?)
En José aprendemos una lección magistral de madurez: la apertura a la opinión del otro, a creer que más allá de mi opinión y de yo tener razón, me abro al otro y me intereso por otras formas de pensar.
El egocentrismo es todo lo contrario ¿Qué es el Egocentrismo? verlo todo desde mi sola posición, creer que yo tengo toda la razón, no interesarme por saber lo que piensa el otro, no ponerme en los zapatos del otro, ni siquiera plantearme que el otro pueda tener una opinión distinta a la mía y VALIDA. El egocentrismo sería el ejemplo de inmadurez. Uno nota los frutos: ansiedad, darle vueltas a la cosa en la cabeza sin parar, querer tener la razón, justificarse. Al final distanciarse de la otra persona y romper el amor.
¿Qué sería la madurez espiritual? Dar más importancia a la persona que a mi opinión o a mi querer tener la razón. José en medio de su opinión o pensamiento, no sabría si creer a María o no, ¿por qué no pensar que José se sintió engañado? Puso toda su confianza en María y ahora queda embarazada sin yo tocarla.
José muestra ese signo de madurez pues en vez de hacerse fuerte en sus razones, en su pensamiento, adopta la postura de apertura: quizás haya otra forma de ver esta situación que yo no soy capaz de ver. La madurez sería no obcecarse con mi criterio y tener la capacidad de querer ver las cosas desde el otro.
Mi pregunta es ¿a caso hubiera sido iluminado por Dios si hubiera estado cerrado a otras posibilidades? ¿si hubiera estado encerrado en su sola opinión hubiera tenido la capacidad de entender de Dios algo distinto a su pensamiento? No. Cuando yo estoy cerrando, no hay quien me saque, no tengo capacidad de escuchar algo distinto.
José, porque valoraba más a la persona de María que su propia opinión, por que respetaba a María, se fue a dormir con apertura, quizás con este pensamiento. “Quiero entender pero me cuesta. Quizás hay otra forma de entender las cosas y soy yo el que no lo ve así. Tengo que entender lo que María me dice”.
Entonces se fue a dormir. ¿qué puede significar? Que en la serenidad y en la paz de corazón, Dios le iluminó la razón. La lectura nos habla de cómo un ángel se lo hizo ver. Lo entendió de otra forma.
Moraleja: Vale más la persona que tengo delante al deseo de querer tener la razón. Y aunque yo no piense como el otro la caridad me dice de no sólo buscar entender la otra postura sino de respetarla, aunque no la comparta.
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