31 oct 2010



"Obedece a tu sed"

P. Luis J. Tamayo

(Lucas 19, 1-10) Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» Él bajó en seguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.» Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.» Jesús te contestó: «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido. »

A Zaqueo siempre lo hemos visto como un recaudador de impuestos, que exigía a los suyos la tasa para pagar a los Romanos y algo más para hacerse él mismo rico. Moralmente hablando: un ladrón. Pero entrando en el corazón de Zaqueo podemos descubrir a un hombre ya aburrido y cansado de llevar una vida así.

En todos mis años de acompañar y hablar con la gente, y también por experiencia propia, yo he visto como todos somos igual. Cuando estamos atascados espiritualmente, cuando hay aspectos de nuestra vida que no funcionan bien, cuando el orgullo o mal carácter se nos dispara una y otra vez… lo podemos justificar diciendo que el otro tiene la culpa, pero si uno es honesto uno se da cuenta que se aburre ya de esas salidas fuera de tono. Quizás moralmente no seamos ladrones como Zaqueo, pero interiormente si tenemos como él la intuición de que necesito algo más para salir de este atolladero.

Hace meses hablaba con una persona que me decía que cuando veía que sus hijos o personas de su alrededor no hacían las cosas como esperaba, le salía un carácter amenazador, un impulso manipulador y amenazador.  Y me decía que cuando luego se paraba y se examinaba se decía así mismo: si esto no es lo que yo quiero vivir para mi. No sólo por los demás, sino es que a mi no me hace feliz reaccionar así.

Zaqueo, en esta misma situación, recibió una intuición: creyó que Jesús, quizás, fuera la respuesta a la necesidad de su corazón.

Hoy día la espiritualidad cristiana rescata mucho más la importancia de las emociones e intuiciones interiores. Realmente ya San Ignacio de Loyola y San Alfonso María de Ligorio daban importancia a esta dimensión interior para descubrir como Dios iba hablando al corazón del hombre. Dios puede hablar desde las intuiciones interiores, y éstas pueden ser la clave para – sostenido desde la gracia – hacer opciones de un cambio interior.

Leía hoy mismo algo precioso: el santo italiano St. Felipe Smaldone, que trabajó con los sordos y mudos, decía que “la intuición es el más bello lenguaje mudo de Dios”. Precioso!!  Zaqueo tuvo una intuición y la llevó a cabo: Su intuición, como la nuestra de hoy pudiera ser: acercarme a Jesús puede ser la respuesta a las necesidades de mi corazón. La intuición va por la necesidad del encuentro personal y de amistad con Jesús. Hace años había un anuncio que decía “obedece a tu sed”. Obedece tu intuición! 

Una formación muy moralista de nuestra fe siempre ha puesto el acento en las obras, “tengo que… cambiar”, “siempre caigo en lo mismo… por más que lo intento no sale”, “tengo que hacer lo que sea, para merecer el amor de Dios”. Esto nos trabaja inconscientemente por dentro. Pero se olvidaban de poner todo el acento en lo primero y más esencial. Lo primero es el encuentro personal con Jesús, y desde aquí vienen los cambios en la vida. Esta es la lección del evangelio de hoy.

A veces, nosotros mismos, somos muy crueles: a un hijo le podemos mandar, sutilmente, el mensaje: “como no te portes bien Dios te va a castigar, o de otra forma, como no estudies no eres merecedor de amor.” Es decir, al final uno tiene que probar por obras que puede ganarse el amor del otro, y en definitiva, el de Dios. A mi me educaron así.

El Evangelio de hoy nos muestra que no es así. Jesús no vino a Zaqueo porque era bueno. Jesús vino a Zaqueo siendo pecador… y teniendo este encuentro personal con Él, y dejándole entrar en su corazón (interior de su casa), entonces experimentó el cambio y la transformación poderosa del amor de Cristo.

Hoy me podía preguntar ¿dónde pongo el acento? ¿En las obras o en el encuentro personal con el amor de Cristo? ¿Busco a Jesús una y otra vez, para desde su amor crecer y madurar en mi vida cristiana? Si tienes la intuición de necesitar un encuentro personal con el AMIGO, no dudes en seguir a tu corazón.  Hace años había un anuncio que decía “obedece a tu sed”.

REFLECTION Sunday´s Gospel


31st Sunday in Ordinary time C
(31 October 2010)

Fr James McTavish, FMVD

Climbing sycamore trees

Often in life it is common to feel a bit bored, tired or just ‘wanting a change’. Sometimes these feelings can be disturbing. What to do with these emotions? On the one hand it is not just to follow them blindly without thinking, but the other extreme to be avoided is to ignore them completely. In a branch of moral theology today called ‘Virtue ethics’ more and more importance is given to emotions and intuitions and how they can be integrated into rational decision making. One Italian Saint who worked with the deaf and mute, St Philipp Smaldone, said “Le intuizione sono il linguaggio muto più bello di Dio”. If your Italian is more or less correct it should read “the intuitions are the most beautiful mute language of God”. Our man in the gospel of today, Zacchaeus, had an intuition! And he acted upon it!

Zacchaeus was a tax collector, much hated by his own people because he would collect taxes from his own people, cream off the profits, and give what was due to the Romans. Luke the evangelist tells us an interesting detail – “he was short” (See Luke 19, 1-10). Jesus was visiting Jericho but Zacchaeus being so short could not see him because of the crowds. Perhaps in this moment we can stop to ponder what it means ‘to be short’. Short in stature of course but maybe also short in joy, in enthusiasm, short in faith and hope. In some ways we all fall short of the ideal and at times we too come to see our limits. We find ourselves short on patience with some people, short on perseverance, short on initiatives to overcome problems. The crowd is the problem for Zacchaeus and for us too. Our schedule can be so crowded that we cannot see Jesus, our day is so crowded there is little time to stop and take a time out. Sometimes we have a crowd of voices in our heads and it makes it difficult to listen to the voice of God.

What did Zacchaeus do in that moment? Let us call him Zack for short. Give up? Throw in the towel? But God is not a God who gives up. In the first reading from the book of Wisdom today it reminds that God is merciful and can do all things (Wis. 11,22-12,2). St Paul in the second reading tells us that God “will powerfully bring to fulfilment every good purpose and every effort of faith” (2 Thessalonians 1,11-2,2). God is not a God of dead ends but a God of possibilities, a God who in Christ Jesus declares “I am the Way”. So what happened to Zack? He got an inspiration! A crazy one! Zack ran ahead of the crowd and climbed a sycamore tree in order to see Jesus. Imagine that, he was totally forgetting about his social status and did something unbecoming to his position – he climbed a sycamore tree probably ass he had done many years ago as a young boy. How about you and I, are we able to do something ‘unbecoming’ of our status? To do something a little bit out of the ordinary, to break our routine? Sometimes we are afraid because of what the crowd might say. The crowd of the external opinions and the crowd of the bad spirit, the Accuser, who is not only in the external but is at times very noisy within us.

Pope John Paul II explained in a homily what happened to Zack. What was it that moved Zack? It was grace. God’s grace acting in his life. God’s grace is always working but we need to be open to respond to it. Grace acting in his life led Zack to encounter Jesus. Jesus passed that way and saw him up the tree. Perhaps Jesus was thinking that now this fruit is ripe to be picked. Zack was the ripe fruit Jesus had come to collect. With all his stirrings, his dissatisfaction with life, probably he was tired of his wealth even if he had all the mod-cons of the time; somehow it was the right moment to encounter the Lord. All was a mere preparation for this life changing encounter. Martin Buber, the famous Jewish philosopher said “All real life is a encounter”.

In that moment Jesus said "Zacchaeus, come down quickly, for today I must stay at your house." Perhaps Zack nearly fell out of the tree in surprise thinking “who am I that Jesus should speak to me personally? To call me by my name”. But each one of us, since coming into existence, since our baptism have been ‘called by name’ and as Jesus reminds us John’s gospel “You did not choose me, I chose you to go and bear much fruit, fruit that will endure”. What was the effect of this meeting between Zack and Jesus? Well for one, the crowd, perhaps predictably was complaining about Jesus who had “gone to stay at the house of a sinner" but Zack came down from the tree immediately and received Jesus with great joy. Sometimes we need to come down from our trees! The tree of pride, of stubbornness, of fear even and embrace Jesus joyfully. And look at the effect in Zack’s life - Zack stood there and said to the Lord, "Behold, half of my possessions, Lord, I shall give to the poor, and if I have extorted anything from anyone I shall repay it four times over." The law stipulated that in the case of cheating, the amount cheated plus one fifth should be returned to the aggrieved person but Zack was not satisfied with one-fifth but instead would return the sum four fold.

One missionary priest was giving his testimony. He told us that before he encountered the Lord he was quite stingy in his response to helping others. One day when he was a university student he received a letter asking for sponsorship for a child in Africa. He really wanted to give the 20 Euros that were asking but he also received another mail, advertising a digital radio for 19.99 Euros. Now he found himself in a dilemma and he was wrestling with his conscience. Of course to help the hungry child was vital but also a radio could be good as he could relax listening to it and being less stressed would enable him to study better. Even a little voice in him was telling him to get the radio as it was actually cheaper. He felt moved for the situation of the child but in the end he got the radio. What happened to this typical young man? He is now a missionary priest giving dedicated service to the Lord and all peoples of the world having been in the mission in Spain, Russia, Chile, and in so many places giving his life without reserve to so many people. What happened to this young man? Before despite all his high ideals he could not even give 20 Euros and now is giving his whole life. As he told the gathered listeners “what happened was I met Jesus”.

Let us open our hearts to meet Jesus and may his love turn us all into generous givers! Let us ask for the grace of the Holy Spirit to be open to his crazy inspirations. Perhaps we can ask ourselves ‘in what way is the Holy spirit inviting me to take a step, to go ahead of the crowd, so that i can encounter Jesus?’ There will be many opportunities offered this very day. May we just open our eyes to see the many sycamore trees around us! Amen.

23 oct 2010

REFLEXION Evangelio Semanal - DOMUND

HAY MAS ALEGRIA EN DAR QUE EN RECIBIR
P. Luis J. Tamayo

En la fiesta del Domund celebramos la dimensión misionera y universal de la Iglesia. La Iglesia existe tanto en cuanto para anunciar el evangelio de Cristo y el amor de Dios.  La Iglesia o es misionera o no tiene razón de existir; la Iglesia no tiene sentido en estar encerrada en si misma, sino que cobra todo su sentido en la apertura a los demás, en el salir de si misma y en el llegar a los otros, incluso a los de más allá.  Esto es lo mismo para todos los cristianos, pues la Iglesia somos los cristianos. Es decir, el cristiano o es misionero o no tiene razón de existir, el cristiano no tiene sentido encerrado en si mismo, sino la vocación cristiana cobra todo su sentido en la apertura a los demás, en el deseo de llegar a otros, en salir de si mismo para el servicio a la comunidad.

La fiesta del Domund es un golpe muy duro a nuestra sociedad individualista y egoísta. El mensaje es claro: Jamás encontrarás un sentido a la vida sino es en la apertura y entrega a los demás.

Hace unos años, al llegar de Filipinas hablaba con uno de mis amigos del colegio, le preguntaba si veía a los demás amigos de la pandilla. Me dice: “Un día llamé a los amigos y les dije de quedar e ir al campo con los niños. Uno que sólo le apetecía quedarse en casa, el otro que vive lejos y que es una aventura, el otro que no tiene tiempo, etc.” Me dice: “Al final me desanimé, y no es que Madrid es una ciudad muy grande, es que nos hemos hecho muy cómodos.”

Cristo, a nosotros nos debiera abrir el horizonte de nuestra vida, nos debiera abrir el corazón a una anchura ilimitada, pues es verdad, si uno se descuida nuestro egoísmo, normalmente, tiende a hacer de nuestras vidas un circulo cada vez más pequeño, hasta hacer de nuestra existencia un circulo casi asfixiante. La fiesta del domund nos recuerda que todos los cristianos por el bautismo somos para los demás, existimos para dar sentido al mundo, nuestra vida cobra mayor sentido y alegría en la medida que nos damos a los otros, la felicidad máxima la encontramos en salir de nuestro pequeño circulo para abrirnos a los otros.

La fiesta del Domund nos subraya el convencimiento de que la propuesta cristiana es la MEJOR, puesto que tenemos a Cristo, que es lo único que responde al corazón del hombre.

Te has parado a pensar: ¿Cómo me sitúo frente a este mundo, frente a la sociedad? ¿Qué puedo aportar a este barrio, a mi parroquia? ¿te has planteado que tu existes para algo más que tu trabajo, pagar una hipoteca, y hacer de chofer llevando a los hijos al tenis, al golf y al judo? ¿En torno a que gira tu vida? Todo esto está fenomenal, pero si al final sólo es eso para lo único que vivo… ¿No te parece pobre? ¿En torno a qué gira la vida de tu familia?  Tu vocación como cristiano te da la respuesta: tienes un papel vital en la sociedad, en la Iglesia, en la parroquia.

Cuantos testimonios puedo ver en personas de esta parroquia que buscan dar ese sentido generoso a su vida de cristiano: el grupo de catequistas de la parroquia o de monitores de scouts son un testimonio de generosidad. En el grupo de jóvenes, el otro día uno dijo: “después de todo lo que he recibido, ahora me toca dar a los demás”. Esta semana un miembro de la Junta parroquial: “estoy aquí para devolverle a la Iglesia todo lo que hemos recibido de ella.” Escuchar todo esto es una alegría… Uno podría decirle al estudiante o al profesional adulto: pero si tienes que estudiar, si tienes exámenes…; pero si eres tienes un trabajo que te absorbe el tiempo, tienes una familia a que atender… ¿de donde sacas el tiempo? La verdad es que cuando uno se da, Dios te multiplica la capacidad. Pero cuando uno se encierra en si mismo, uno se asfixia con una sola gota.

¡Qué grande cuando uno da un paso a delante en su vida y se hace un cristiano maduro! ¡Basta ya de sólo recibir! Ahora me toca responder a Dios y dar a los demás!

Yo soy testigo de haber visto la alegría más grande en los ojos de unas personas que desde su generosidad lo dieron todo. Estando en Filipinas, una familia muy pobre me invitó a visitarles. Cuando llegué y después de conversar con todos, veo que sale un niño a la calle, la madre se mete en la cocina, la hija arregla la mesa… y el padre se queda conmigo charlando. Me doy cuenta que todos están pendientes de mi. De repente veo que me están sirviendo: el chaval, me pone la cocacola que salió a comprar; la hija, me pone una servilleta de papel en la mesa; la mamá, un plato de arroz con un trozo de carne, el papá me sigue dando conversación.  Yo ya estaba servido cuando me doy cuenta que lo que me habían ofrecido era todo lo que tenían para cenar esa noche. Todos me miraban con una cara de alegría y satisfacción increíble. Yo lo tenía todo, ellos tenían nada. No podía rechazarlo, sería una ofensa. Miraba fijamente al papa y a la mamá y sólo hacían que mirarme con unos ojos brillantes y felices. Lo habían dado todo a un amigo. Sólo cuando me puse el primer bocado en la boca vi que ellos se quedaron satisfechos. Cuando marché de la casa, salía con el corazón lleno, me había experimentado muy amado. Ellos quedaron felices al darlo todo. Al principio no lo entendía: se quedaron sin cena para dármela a mi. Más tarde lo entendí: ellos, en mi, le estaban devolviendo a Dios todo lo que de él habían recibido. Yo me quedé con la pregunta… Y yo ¿qué le doy a la Iglesia? ¿qué le doy a los demás?

El Evangelio es claro y su mensaje fulminante: No hay más alegría que el que se da a los demás por amor a Cristo. 

REFLECTION Sunday´s Gospel


Homily for 30th Sunday C
(24 Oct 2010)
Fr James McTavish, FMVD

Two steps forward and one step back

This week a record producer called David Foster arrived in Manila, to promote a Filipina singing sensation called Charice. He was asked about his struggling days before he became a much sought after producer. He never thought of struggle as a drawback to his ambition - “I always felt like if I was making US$5 an hour as a rehearsal pianist, then I’d make US$10 an hour soon enough. And while I was playing a demo then one day I’d get to play in a record.” His closing comment caught my attention “I always felt that it was two steps forward and one step back.” A nice definition of humble progress ‘two steps forward and one step back’! It is not to be naive to the struggles but neither to let them thwart patient progress.

Now of course a more realistic humility would also give thanks to God for all our achievements as we can do nothing without him! Some people think otherwise attributing all their human success and endeavours to themselves. There is a group around the world called “Good without God” that claims its members are good and do not see a need to have God to help them in any way. Sometimes people who claim not to need or have God are in fact quite ‘godly’. It reminds me of the graffiti on the wall that read “I’m an atheist, thank God.” The Pharisee in the gospel was a bit like this in today’s gospel. He was so good already it was as if he didn’t need God (see Luke 18, 9-14). He was so pleased with his achievements to date that he had stopped moving on, stopped striving for more. He was convinced of his own goodness and made a prayer to himself (of all things!) “O God, I thank you that I am not like the rest of humanity - greedy, dishonest, adulterous…I fast twice a week, and I pay tithes on my whole income.”

This Pharisee was really quite a good guy, in his own opinion, because the Law stipulated fasting once a year but he was doing it twice a week. Fr John Larrea, SDB notes that the two days the Pharisees fasted on were Mondays and Thursdays. These were market days when ordinary folk did their shopping. The Pharisees would stand in the market place with their head covered with ashes to let everyone know what they were doing. Even tithing was limited to live produce and the produce of the fields but this Pharisee gave one tenth of his whole income. In front of himself and the people he was considered the most religious of all.

Perhaps a slightly humorous insight into the pride of the Pharisees can be gained from the following writings of a Pharisee at the time of Jesus: “Thirty just Pharisees are worth more than the whole of mankind put together. Supposing God were to find only ten just people on earth: my son and myself would surely be among those ten. But suppose he found only two just people; you can be sure that my son and me would be those two. But if by chance, God found only a single person truly just in the whole of mankind, have no doubt about it: I would be that one." It reminds of the joke about the least humble man on earth. He was asked if there was such a thing as reincarnation what would he come back as. He replied “As myself of course!”

The shock in the gospel of today is that Jesus tells his listeners that the Pharisee did not go home justified in the eyes of God! How can it be, that the Pharisee, considered the just one, was not justified in front of God? Not only was the Pharisee blowing his own trumpet but also looking down on everyone else. He was criticizing the tax collector who had also come to pray in the temple. This gets a big thumbs down from God. What was the attitude of the tax collector? He stood off at a distance and would not even raise his eyes to heaven but beat his breast and prayed, 'O God, be merciful to me a sinner.' Jesus told his listeners that the tax collector and not the Pharisee went home justified in the eyes of God because “the one who exalts himself will be humbled and the one who humbles himself shall be exalted.” What is vital is to be humble in front of God and one another. Now humility is to be rightly understood. It is not just to sit and claim that ‘I am humble’ or to feel useless as this can be a manifestation of pride!

How can we see the pride of the Pharisee? I mean he was doing good things. Where is the pride here? The problem is not that he was not doing good things but that he could do much more! Pride stops progress because it makes you rest on your laurels, thinking that you are already there - you stop striving, stop moving ever onwards. Even some claim not to be bad Catholics because ‘they haven’t killed anyone’. Talked about aiming low! As Christians we should be aiming high! As ‘proof’ that you don’t need to move on, pride will often look for others who are apparently worse to justify mediocrity. True humility is always seeking to grow, seeking for more but pride is soon satisfied with so little. How can you explain mediocrity, being content with where we are in a self-satisfied appraisal? Pride! The fruit of pride is mediocrity and luke-warmness. Other fruits are judgment on others, being full of justifications of why we are like this and being defensive too. St Augustine commenting on how we need to keep on moving in life wrote “If you are pleased with what you are, you have stopped already. If you say: It’s enough, you are lost. Keep on walking, moving forward, trying for the goal. Don’t try to stop on the way, or to go back, or to deviate from it." (Sermon 169, 18)

God listens to humble prayer. We have no reason to boast in front of God. In the first reading from Sirach it says “The prayer of the lowly pierces the clouds; it does not rest till it reaches its goal, nor will it withdraw till the Most High responds, judges justly and affirms the right, and the Lord will not delay.” (Sir. 35: 12-14, 16-18) When we serve the Lord challenges will come as they did for St Paul. He was deserted by all. Who alone stood by him? St Paul writes "But the Lord stood by me and gave me strength, so that through me the proclamation might be completed and all the Gentiles might hear it. And I was rescued from the lion's mouth. The Lord will rescue me from every evil threat and will bring me safe to his heavenly kingdom” (see 2 Tim 4:6-8, 16-18). St Paul was a humble man, who acknowledged the great work of God in his life and who never stopped running towards the goal.

Let us ask the grace to be humble like the tax collector – “O Lord be merciful to me a sinner”. He was saying with those words “Lord help me as you have done many times before. I am not yet perfect, I need to grow in so many ways, please help me.” The tax collector saw himself as work in progress, an unfinished masterpiece whereas the Pharisee was singing to himself that line from Tina Turner “Simply the best, better than all the rest!” May we learn to present not just our beautiful side to the Lord but also our ugly one. May we acknowledge those moments when we have gone backwards and trust in his saving grace to reorient us and move us forwards, ever onwards, to draw us out of mediocrity trusting in his grace that even if we go one step back, humbly recognizing it and working on it, the Lord will lead us two more steps forward… Amen.

17 oct 2010

REFLEXION Evangelio Semanal


Orar siempre sin desanimarse

D. Luis J. Tamayo

Jesús explicó a sus discípulos con una parábola cómo tenían que orar siempre sin desanimarse:

«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario." Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara." »

Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

Después de las vacaciones de verano vemos como el curso ha empezado, y para los que estamos en esta parte del hemisferio, vemos como llega el otoño.  La imagen que me viene es como la de un barco que ha comenzado el rumbo viendo como ha dejado el puerto atrás pero que aún no ve el destino hacia delante. Cuando una persona se pone en marcha, es normal el desánimo, quizás por que uno aún no ve el final o destino. Hay muchas situaciones en medio del camino de la vida que a uno le desaniman, como contradicciones, dificultades, enfermedades, acumulación del trabajo, sentir que no te cunde el tiempo…

El sentido literal de desánimo es quitarle el (ánima) alma a algo. Sin embargo, animar significaría ponerle alma o espíritu a algo. Años atrás, la primera vez que viví en Estados Unidos, me llamó la atención que el equipo de football americano, del High School en el que estudiaba, tenía su equipo de “cheer-leaders”, es decir, líderes para animar.  Eran unas chavalas rubias, sonrientes, bailarinas y de buen ver, que se ponía a cantar y dar botes animando a todo el público, para que el público alcanzara ese estado de furor y animara al equipo.  El trabajo más difícil era animar al público cuando el equipo perdía… su trabajo era no dejar que se desanimaran, es decir, que no cayera el ánimo.

Cuento esto, pues hoy Jesús, en el evangelio, nos propone orar siempre sin desanimarse. Jesús nos conoce, y sabe que dando comienzo a un curso, uno se hace muchas promesas… este año me propongo orar más, este año me comprometeré más con la parroquia, este curso haré una promesa… Todos partimos de buenos deseos. Jesús conociendo los deseos de nuestro corazón, pero a la vez conociendo que fácilmente nos desanimamos y podemos llegar a tirar la toalla… te dice: No te desanimes! Sigue en la oración!

La oración es como devolverle el alma a las cosas, es el 'ánima' de mis acciones, es el motor de toda obra. Dice el salmo 120: El auxilio me viene del Señor… y la misma experiencia de Moisés en el libro del Exodo 17, 8-13:

Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja, vencía Amalec (el enemigo). Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol. Josué, finalmente, derrotó a Amalec y a su tropa.

Obviamente, cuando uno no tiene ganas de hacer oración, no tiene a un grupo de ‘cheer-leaders’ delante animándote para hacer oración y gritandole:  ‘O’ – ‘R’ – ‘A’ – ‘R’ – todo junto: ORAR!!   Pero si que es verdad que tenemos en nuestro interior al Espíritu Santo, el que de verdad anima la oración desde el interior del corazón. Dice San Pablo en Romanos 8, 26: “El Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos como pedir para orar como conviene; más el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables”.

Santa Teresa de Jesús decía que la táctica del diablo está en desanimar, para ello utiliza muchas formas, por ejemplo: ¿quién no se ha dicho muchas veces que no tiene tiempo para hacer oración? o ¡Hoy estoy muy cansado!, para mañana seguir estándolo... También le gusta al diablo poner en la mente la duda de la eficacia… como vivimos en un mundo tan práctico uno se pregunta: ¿qué sentido tiene estar 15 o 30 minutos de silencio en oración con la cantidad de cosas que tengo que hacer? ¿no es una perdida de tiempo? La misión del diablo es desanimar, con esto tiene ganada la batalla.  Entonces la Santa, decía, si te comprometes con 5 min diarios, persevera, a la misma hora y no lo sueltes aunque no sientas nada.

Llegué a conocer a un señor que un día se comprometió con 5 minutos. Después de meses hallaba tanto bien en la oración que al pensar que al día siguiente tenía que ir al médico y no podía sacar los 5 min, pensó: hoy sacaré 10 min, los 5 de hoy más los 5 de mañana. Así lo hizo y se le pasó el tiempo con gran rapidez. Entonces decidió aumentar su oración a 10 min diarios. Y tiempo después le pasó lo mismo, así que hizo 20 min para salvar la oración que no podía hacer al día siguiente.  Se encontró tan a gusto que decidió hacer 20min diarios. Este hombre hoy, ya jubilado, Dios le ha capacitado para hacer horas de oración en silencio. Cuando uno persevera, Dios se vuelca.

Yo puedo citar promesas bíblicas sobre la oración, puedo contar algunas de mis experiencias y las experiencias de mis amigos, pero no puedo orar en lugar de usted. Uno puede leer todos los manuales sobre la oración y puede escuchar orar a otros, pero a menos que uno mismo comience a orar, nunca podrá comprender cabalmente la oración. En cierta manera es lo que sucede para nadar o andar en bicicleta: uno aprende al hacerlo… y sin desanimarse.

Martín Lutero dijo: "De la misma manera que la tarea del sastre es hacer ropa, y la del zapatero remendar zapatos, la tarea del cristiano es la oración." La historia cuenta que el secreto de la vida de victoria que vivió Lutero radicaba en su compromiso de pasar tiempo a solas con Dios todos los días.


REFLECTION Sunday´s Gospel



Homily 29th Sunday C
(Oct 17, 2010)
Fr James McTavish, FMVD

Mission Possible!

One day I went to the mass in Sydney, Australia. I was working there as a surgeon and felt that I was doing my part to make this world a slightly better place. Sitting down in the mass an old lady came and sat next to me. Sounded like it would be a slightly less boring mass than normal as the priest said that a missionary from Africa would speak to us as it was “World Mission Sunday” whatever that was. In the homily I was waiting for a superman type figure to share to us about the mission in Africa. Imagine my surprise when the ‘little old lady’ got up to share – she had just come back from a war zone. When she spoke, such words of love flowed from her mouth that I was captivated. She was not intimidated even with the death threats and would not abandon the orphans she was looking after there in Rwanda. When the soldier in the prison ordered to leave the country she told him “The only way you will get me to leave Africa is in a coffin”. Who was this Jesus she knew? Who was the God that was animating her, moving her in the mission. What was the difference between that little old nun and me? She was in love and I was not. The heart of mission is the love of Christ. I didn’t have that love but I wanted it!

I realized that there was more to being a Christian than reciting a few prayers and half heartedly attending mass. I likened myself at that time to the cat I saw once in the local parish. It arrived a bit late for the mass one day, a bit like me and some of the other parishioners. The cat clasped his paws together in the right moment such that is seemed like he was praying and even in some moments in the homily he seemed to be following as he was nodding his head. We have to ask what does it mean to attend mass? What is the sign of authentic worship? In his message for World Mission Sunday, Pope Benedict said “an authentically Eucharistic Church is a missionary church” and that is why at the end of every mass there is the ‘final sending’ where every one of us is sent such that “the love that we celebrate in the sacraments is not something we can keep to ourselves. By its very nature it demands to be shared with everyone.” I realized that what was lacking in my life was a mission!

Today is World Mission Sunday which reminds us of the mission entrusted to the Church. As the Second Vatican Council told us “the Church is missionary by its very nature”. Mission is what keeps the Church alive and kicking and ever youthful. The great O-mission is when there is zero mission. What is mission if it is not about sharing. When you have something good often there will be a natural desire to share. Once in mission activity we were giving out some candies to the children. Some of the children devoured the candy immediately but one young boy took the candies and put some in his pocket. I watched him and he went and found his younger siblings to share the candies with them. Where there is love there is sharing. What is at the heart of the mission? Sharing God’s love. Why sometimes no interest in mission? ‘Cos there is no love! You cannot share what you do not have.

That is why the readings today give such an emphasis to prayer. In the second reading St Paul reminds Timothy that all Scripture is inspired by God and to preach the Word in season and out of season (see 2 Tim 3, 14-4,2). The Gospel today speaks about the need or should we say necessity of prayer. Jesus told the disciples about the necessity to pray and never to get weary in our prayer life. (See Luke 18,1-8). Jesus recounts a story of an old widow who tried to get justice from a crooked judge. The judge was resistant but because of the persistence of the widow he relents saying that if he didn’t she might strike him. The Greek verb translated “strike” is actually to hit under the eye, so one version could be that the judge feared he might receive a black eye from the old lady! Jesus invites the listeners to pay attention to this story and concludes saying “Will not God then secure the rights of his chosen ones who call out to him day and night? Will he be slow to answer them? I tell you, he will see to it that justice is done for them speedily. But when the Son of Man comes, will he find faith on earth?"

This parable to explain the need to pray constantly and persistently. Prayer is the source of mission as here we receive the love that has to be shared. How can you share Good news if you don’t first listen to it? But the problem in our world of today is that we are very busy with no time to pray. What are the consequences? Once Mother Theresa was setting up a community in a very poor area. There were so many people to attend to, so many poor with so much work to do and other religious communities were helping. Mother Theresa insisted that her Sisters of Charity find time each day to pray and spend time in front of Jesus. Some people, including other religious, complained to the Bishop that with so much work to do, with some much suffering around, that there was no time to ‘waste’ in prayer.

This is a very common reaction of many Christians today – ‘better action than prayer’. But what kind of action? Is it the will of God? Jesus told us to remain united to him in order to bear much fruit but cut off from him we can do nothing. Mother Theresa insisted that her nuns take time each day to pray to draw strength for the difficult work. What was the result? Three months later all the other religious left because the work was too hard. Who are the only ones who remained? The Sisters of Charity! Only prayer can give this perseverance because we cannot do God’s work without him.

The first reading gives us a beautiful image of the importance of this prayer in the middle of the battle (see Exodus 17, 8-13). As long he would keep his arms raised in prayer, the army would win but when he lowered them the army would lose. As his arms got tired, he sat on a rock and two companions, Aaron and Hur, supported his arms. We need a community to persevere! We need to help each other in the mission! Mission is not for lone rangers. And I must say this week I have enjoyed so much the mission activities with my community - this weekend we just finished a 3 day retreat with teachers from a deaf school, 5 of whom were actually deaf themselves. It is interesting preaching the Word of God and seeing it being signed so that the deaf can hear the Word of God. As the Word of God announces – “the deaf will hear” (Matthew 11,5). Not only the physically deaf but also each one of us can begin to hear and sometimes I am deaf to the situation of others.

Let us ask for the grace to persevere in the mission entrusted to each one of us. May we persevere in prayer as it is where we draw the love and strength needed to love and serve others. With love mission become possible. Amen.

10 oct 2010

REFLEXION Evangelio Semana

La gratitud es esencial a la vida
P. Luis J. Tamayo

Lucas 17, 11-19: Vinieron al encuentro de Jesús diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: - «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.» Al verlos Jesús, les dijo: - «ld a presentaros a los sacerdotes.» Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: - «¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?»

El evangelio de hoy habla de algo esencial en la espiritualidad cristiana: la gratitud, y la sabiduría popular nos lo recalca: “es de bien nacidos, ser agradecidos”.

El agradecimiento debiera ser parte de nuestra oración diaria. Partiendo de lo más tangible y visible, así dice San Pablo: “¿qué tienes que no hayas recibido?”, empezando por el hecho mismo de la vida. Lo primero es reconocer el don de la existencia como el mayor regalo que uno tiene en las manos. El otro día un sacerdote me decía algo que me llamó la atención: “uno se puede quitar la vida, pero nunca se la puede dar”. Este simple pensamiento te pone en la cruda realidad de que no somos los dueños de nuestra vida, sino que nos ha sido dada. Cada mañana, al abrir los ojos, me he acostumbrado a agradecer el don de la vida. “Gracias Señor por un nuevo día”. Esto es lo mínimo, lo más básico. Muchas veces damos por supuesto que tenemos que vivir… pero nosotros no podemos garantizarla.

A partir de esto primero, son tantas otras cosas las que uno puede agradecer. Una vez una persona me hablaba con tono de queja de que la vida no le sonreía. Que si la hija, que si el yerno, que si la hipoteca, que si el vecino… todo era queja. Le mandé un ejercicio que yo hice un día y me ayudó mucho; le dije: “Quiero que cuando llegue a casa escriba en un cuaderno al menos 50 cosas bonitas que tiene a su alrededor y por las que dar gracias”. Días después regresó y me dijo: Padre, al principio me costó mucho empezar a escribir, pero empecé por lo más obvio, la vida, la salud, la casa, la familia… y así seguí… que al final no fueron 50 sino que casi llego a 100”.

Ahora bien, si uno quiere crecer en el camino de la vida espiritual, uno debe dar un paso más: Es lo que dice la carta de Pablo a Timoteo 2, 8-13: “Haz memoria de Jesucristo”. Es decir, la MEMORIA en sentido cristiano no es un simple recuerdo, sino todo lo contrario, es como el “memorial eucarístico” el reconocimiento de la presencia de Cristo que ha obrado y sigue obrando maravillas en mi vida. Es decir, la memoria cristiana es reconocer como detrás de cada acontecimiento está Cristo presente y obrando en mi vida.

En la Sagrada Escritura aprendemos que Dios actúa en gestos y hechos concretos a través de la historia, por lo tanto, todo lo que leemos en la Biblia es el Pueblo de Israel haciendo memoria de los prodigios de Dios en ellos. Nosotros estamos invitados a hacer memoria precisa y puntual, reconociendo nombres, fechas y lugares, pues así es como Dios ha actuado desde siempre. Hacer memoria no es recordar, sino que es un encuentro con el protagonista de mi historia, de la historia, Hacer memoria es descubrir la presencia viva de Cristo actuando en mi vida, y así estos nombres, fechas y lugares se convierten en agradecimiento pues hablan de AQUEL que me acompaña y sostiene mi vida.

Una vida espiritual cultivada y madura vive constantemente en el agradecimiento, no sólo de los acontecimientos, sino agradecimiento a Aquel que obra a través de éstos. Así el agradecimiento cristiano no es un sólo estar satisfecho, sino que el agradecimiento fortalece la relación con Dios que obra su salvación en mi. El Salmo 125 lo dice: “El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres”

9 oct 2010

REFLECTION Sunday´s Gospel


28th Sunday C (Oct 10, 2010)

Fr James McTavish, FMVD

GRATITUDE!

Whenever I received a gift as a child I always remember my parents telling me “Don’t forget to say thank you!” Thanksgiving is an important exercise for us as Christians. To be able to say thank you at the beginning and end of each day for all the gifts we receive. In the gospel today, ten lepers were healed but only one returns to give thanks. Jesus said to him, "Ten were cleansed, were they not? Where are the other nine? Has none but this foreigner returned to give thanks to God?" (See Luke 17,11-19). Actually the one who returned was a Samaritan, a non-Jew and therefore a foreigner. As the New Jerome Biblical commentary states “From outside the chosen people Luke draws his hero”. Jesus is holding up a non-Jew (Luke 17:18) as an example to his Jewish contemporaries (cf Luke 10:33 where a similar purpose is achieved in the story of the good Samaritan). May the example of the healed leper remind us of the importance of gratitude.

Lepers in the time of Christ were considered unclean. Persons with skin diseases were not clean or holy and therefore were isolated from concourse with the holy people of God in cities and were banned from participation in the Temple worship of God. The teaching from the Old Testament was that a leper had to offer a sin offering if he was to be made clean. Sometimes we treat others the same way –we ostracize them and label them as unclean, unworthy, not up to our standards. Only if they change then I will accept them. This is not the way of Jesus who accepts the person as they are, loving them, embracing their reality. Jesus steps across the boundaries separating clean from unclean.

Why don’t we like to reach out and touch other realities? Sometimes because they are unknown, perhaps we are afraid to catch something. Sometimes we would like to be more ambitious or adventurous but we might catch the criticism of others, the scoffing of others, being labeled as too holy holy. That is why we prefer to keep a safe distance, not to complicate our lives. Is there anyone or any group that the Lord is asking you to reach out to? A great fear in our world of today is the fear of failure. How many good plans and initiatives are never fulfilled because of fear of failure. This is a great leprosy in our world of today.

Leprosy as a disease affects about 500,000 people in the world today. One manifestation is insensitivity of the skin. One of our missionary priests in Verbum Dei is called Dara. He is from Ireland. Before he entered religious life he studied medicine and spent some time in Zambia, Africa with leprosy patients. He was surprised to find that leprosy was a curable disease but often the patients lacked money to pay for the treatment. He came back from that experience and felt cured of his own “leprosy”, his own insensitivity to the suffering of others. He writes that after his experience with the lepers he “felt more sensitive to the lack of love in our human family, as if a type of leprosy was being cured in me, and joining a missionary community was a way for this 'ex-leper' of giving thanks”. If we are sensitive to God’s work in our lives we can see as the psalmist proclaims that “the Lord has revealed to the nations his saving power”.

Naaman was a military commander who experienced the saving power of God. He had leprosy and was told to bathe in the Jordan seven times. At first he did not believe but eventually he consented and was cured. It reminds us of St Paul’s letter to Timothy where he writes “But if we deny him he will deny us. If we are unfaithful he remains faithful, for he cannot deny himself.” (see 2 Tim 2, 8-13). What is the meaning of this cryptic conundrum? Well Naaman denied God - he tried to deny the advice he was given. Even though Naaman was not at first faithful, God is faithful and does not abandon us even when we are insensitive to his prompts and inspirations. Our God is a faithful God! We have a good God who in Christ is our healer. In fact, one title for Jesus in the tradition of the Church is the Good Doctor because he heals us and his Word is a medicine that purifies and cures us “For indeed, neither herb nor application cured them, but your all-healing word, O LORD!” (Wisdom 16:12). We are made clean by the Word of God which is alive and effective, sharper than a sword, sharper than a surgeon’s scalpel.

We can learn from the thankful leper. The other nine had been cured but were seemingly unaware and thus ungrateful. Only the one who is aware of what God is doing in their life can be filled with gratitude. How great to recognize God working in our lives like Mother Mary who was sensitive to God’s healing grace working in her – “My soul proclaims the greatness of the Lord…the Almighty has done great things for me”. May we too be sensitive, full of gratitude and able to give thanks to Jesus for all the good work he is doing in our lives. Amen.

2 oct 2010

REFLECTION Sunday´s Gospel



27th Sunday of the Year
(3 Oct 2010)

Fr James McTavish, FMVD

Needed - Courageous fidelity!

To live life well we need a healthy dose of courage. It takes courage to be faithful, to be faithful in the small details. Our faithfulness is a concrete sign of our faith. In the first reading of today we have the prophet Habakkuk asking God for some reassurance. Habakkuk complains that with all the woes around, it seems as if God is doing nothing about it. God answers him “Write down the vision clearly upon the tablets, so that one can read it readily. For the vision still has its time, presses on to fulfillment, and will not disappoint; if it delays, wait for it, it will surely come, it will not be late.” (See Habakkuk 1,2-3;2,2-4). I don’t know if Habakkuk will feel reassured with this or not! This week I was praying and asking the Lord if all the things I am doing are useful and if they will have any positive outcome. It is easy to lose patience with God and think that he is just not doing anything! The psalmist reminds us not to harden our hearts. I remembered the saying of Jesus “Remain united to me and you will bear much fruit”. Sometimes you just gotta’ believe what the Lord tells you! That is why God tells Habakkuk “the rash one has no integrity; but the just one, because of his faith, shall live.”

It takes courage to believe. For example to believe that prayer is efficacious. The danger today is to place so much emphasis on action, action and more action. Of course, action is important but not to the detriment of prayer. We need faith to believe in the power of prayer, we need to be courageous to make time to listen to the Lord in our busy schedules. Once St Theresa of Avila was writing to the renowned Bishop of Osma, commending him for his good deeds, but chastising him for his lack of prayer. She wrote “When I gave thanks to God for all the graces with which he has adorned you, humility, charity, zeal, I asked him at the same time to give you an increase of every virtue. He allowed me to see that you were lacking in nothing except the one grace which is the most necessary of all and without which the whole edifice will crumble and collapse. You are lacking in prayer and perseverance in prayer.”

In the second reading St Paul is writing to his beloved disciple Timothy “Beloved: I remind you, to stir into flame the gift of God that you have through the imposition of my hands.” (See 2 Tm 1:6-8, 13-14) It is a reminder to us all to stir into a flame the gift of our faith which we received in baptism. To be courageous disciples – as St Paul reminds us “For God did not give us a spirit of cowardice but rather of power and love and self-control.” Cowardice is listed as a serious sin (See Rev 21,8) and many times it leads to omission, or o-mission (=zero mission!). Do I have a cowardly spirit when it comes to addressing the problems around me? This is why we have to fan into a flame the faith we have.

In the gospel Jesus tells his disciples that they gotta’ have faith! The apostles plead with Jesus to increase their faith. Jesus tells them “If you have faith the size of a mustard seed, you would say to this mulberry tree, 'Be uprooted and planted in the sea,’ and it would obey you.” In this he is not denouncing them for being faithless but is actually affirming their faith according to Fr Thomas Rosica, CSB. When Jesus says “If you had faith” we should remember that the Greek language offers two types of “if” clauses: those that express a condition contrary to the fact (“If I were you”) and those that express a condition according to fact (“If Jesus is our Lord”). The conditional clause in this verse is the second type; we could translate it “If you had faith [and indeed you do].” Fr Rosica comments that “Jesus’ response, then, is not a reprimand for an absence of faith, but an affirmation of the faith they have and an invitation to live out the full possibilities of that faith. Even the small faith they already have cancels out words such as 'impossible' " Actually a little faith can be very powerful. Pope John Paul II, in a homily on today’s gospel, wrote “Faith is always demanding, because faith leads us beyond ourselves. It leads us directly to God. Faith also imparts a vision of life’s purpose and stimulates us to action”. A little faith can ask a mulberry tree to shift! A small seed of faith can have a big result. Actually, to move a mulberry tree is not easy as it has a very extensive root system and is hard to uproot. What can the mulberry tree represent? A life that is fixed, immovable, static, comfortable and rooted in a routine. What can move us when we find ourselves like this? A little faith! It can move the mulberry tree to the sea which is a tall order as a tree would not be expected to grow there. When we trust what the Lord is telling us we find ourselves thriving in a new, unexpected, challenging and seemingly impossible environment. The New Jerome biblical commentary reminds us “Genuine faith can bring about quite unexpected things”.

Let us pray for the grace of a lively faith, one that is shown in action. In what way does your faith show in your life? In what way might Jesus be asking you to be more faith-ful? Let us ask Mother Mary’s help too, to be more faithful disciples of Jesus. The goal is to be faithful, until the end. May the Spirit grant us the gift of courageous fidelity, until the end. Amen.

1 oct 2010

REFLEXION Evangelio Semanal

Auméntanos la fe

(P. Luis J. Tamayo)

“En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor:
- «Auméntanos la fe.»
El Señor contestó:
- «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:
"Arráncate de raíz y plántate en el mar."
Y os obedecerla.
Este evangelio de Lucas 17, 5-10 habla de la petición de los discípulos al Señor: Auméntanos la fe!

Podemos hacer una sencilla reflexión para entender que entendemos por ‘fe’, y que síntomas tiene una vida con fe o sin fe. Tener fe es tener confianza. Cuando decimos: “ten fe en que esto va a salir”, estamos queriendo decir: “ten confianza, que al final saldrá!”.

Si la fe es confianza en algo o en alguien, hoy día todos, de una forma u otra, funcionamos desde la primera hora de la mañana con fe. Por ejemplo: cuando te vas a acostar tienes la confianza de que a la mañana siguiente te vas a levantar… si no fuera así, esa noche te despedirías de todo el mundo de forma especial; o cuando te montas en el bus, no le preguntas al chofer si va a tal sitio, sino que confías – por la experiencia de otras veces – que te ha de llevar a tal sitio.

Estos ejemplos y tantos otros que practicamos cada día son en sí actos de fe. Pero ¿que pasa? Que los ejercemos sin ser actos conscientes de fe. Doy por supuesto que me voy a levantar o doy por supuesto que el autobús me va a llevar a tal sitio.

La fe cristiana, no es dar por supuesto que Dios está, y como ya está casi ni me dirijo a Él. Me decía alguien: “Si Dios ya conoce toda mi vida, ¿para que pedirle? Yo no le pido nada”. San Juan de la Cruz decía: que, aunque Dios nos conoce, pedimos para hacernos conscientes de nuestra propia necesidad, y para darnos cuenta que todo es don de Dios.

Por lo tanto, la fe cristiana implica un acto consciente de poner mi confianza en Dios. Repito, implica un acto consciente. Que bonito cuando uno hace un acto de fe al inicio de un momento de oración, por ejemplo: “Señor yo se que estás aquí presente, mirándome, y dispuesto a escuchar mi oración”.

En Filipinas, un día en una capilla de exposición del Santísimo, estaba orando y se levantó una señora mayor y antes de marcharse se acercó a la urna de cristal que cubría el Santísimo y la rozó con su mano, luego al salir se santiguó y se tocó las rodillas con la misma mano. Yo quedé impresionado. Al salir me acerqué a ella y le pregunté: ¿por qué se frota las rodillas después de tocar al Santísimo? Me dijo: Le pido salud y fuerzas al Señor que cada día me la da, soy muy mayor y aún tengo que trabajar para comprarle leche a mi nieto, pues mi hijo es drogadicto y tengo al niño conmigo.  Ella pedía conscientemente cada día a Dios... Fue una experiencia preciosa, volví a la Capilla y de rodillas le dije al Señor lo de los discípulos: "Señor, auméntame la fe!"

Muchas veces damos por supuesto muchas cosas, como estar vivo cada día, cuando ésta es un don y un regalo que recibimos de Dios cada mañana cuando abrimos los ojos.

Este texto del Evangelio tiene una segunda parte en donde cuenta la parábola del criado: “Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice:
"En seguida, ven y ponte a la mesa"?
¿No le diréis:
"Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú"?
¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado?
Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid:
"Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer. Al leer todo el conjunto, me preguntaba: ¿Qué tiene que ver el ‘auméntanos la fe’ del principio con el ‘hacer lo que teníamos que hacer’ de la segunda parte de la parábola?. ¿qué es lo que quiere decir Jesús sobre la fe en relación a esta parábola del criado?

Os voy a poner esta misma parábola con un ejemplo que me pasó. Suponed que una madre y un padre que trabaja, y cuando vuelve de la oficina, ¿quién de vosotros le dice: descansa? ¿No es lo normal preparar la mesa, cocinar la cena, ayudar con los deberes a los hijos y descansar al final cuando ya se han acostado los niños? Han hecho lo mandado, lo normal… la responsabilidad que toca a un padre y una madre.

Así me contestó una madre, con un hijo con síndrome down, cuando le dije que hacía una labor extraordinaria: ir a trabajar, ocuparse del hogar y los otros hijos y además estar pendiente del niño limitado.  Ella me dijo: ‘¿qué tiene de extraordinario? ¿No es lo normal y lo que debe hacer una madre? Y entonces añadió: “Hacer lo que tengo que hacer día a día sólo sale porque cada día pongo mi confianza en Dios. Él me da la fuerza cada día, Él me dice que saque a este niño a delante, Él me anima cuando las cosa se ponen cuesta arriba”. Con fe o sin fe esta madre y todos debemos sacar las responsabilidades de la vida hacia delante... pero cuando hay un acto consciente de confianza en Dios, uno se sabe sostenido en las manos de Dios. Esto es la diferencia!!

Así es… con fe va saliendo con gratitud todo lo que tenemos que hacer cada día, incluso hasta lo más heroico… sin fe, las cosas pueden salir, pero la queja que se esconde dentro acaba por arruinar, incluso, los actos heroicos… ya lo dice el salmo: “Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles”.