Dadles vosotros de comer
P. Luis J. Tamayo
Lucas 9, 11b-17: Caía
la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: - «Despide a la gente; que
vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida,
porque aquí estamos en descampado.» Él les contestó: - «Dadles vosotros de
comer.» Ellos replicaron: - «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no
ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.» Porque eran unos
cinco mil hombres. Jesús dijo a sus discípulos: - «Decidles que se echen en
grupos de unos cincuenta.» Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los
cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición
sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran
a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.”
La lectura de hoy hace
referencia a dos puntos que me gustaría resaltar
1) La Eucaristía como
alimento
2) La Eucaristía es una
forma de vivir: “darles vosotros de comer”
1) Para este día del
Corpus se podrían haber escogido otros evangelios, pero la Iglesia escoge este
del milagro del pan. ¿por qué el pan? La imagen del pan, la imagen de dar de
comer, el alimento, etc. Estas imágenes tienen un significado más profundo: El
Cuerpo de Cristo es alimento real del alma, de la vida espiritual, de la vida
interior, de la relación con Dios.
La lógica es muy sencilla,
si físicamente necesitamos comer al menos tres veces al día, cuanto más el
espíritu... al cuál a penas le damos importancia.
El espíritu humano, la
vida interior, la relación con Dios necesita de alimentarse, sino acabamos
anémicos. Cuando hay un alimento asiduo como el de la Eucaristía entonces se
fortalece la relación con Jesús, pues con Él necesitamos del trato, del roce,
del contacto. San Agustín dirá que solo se ama lo que se conoce, y conocer a
Cristo necesita de ese contacto asiduo, del trato. Por eso la eucaristía es el
mismo Cuerpo de Cristo, puesto que necesitamos de ese contacto tu a Tu.
El
Concilio de Trento dice: Por la consagración del pan y del vino se opera el cambio
de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo nuestro
Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su sangre; Verdaderamente
es presencia
real. En la Eucaristía "Cristo mismo, vivo y
glorioso, está presente de manera verdadera, real y substancial, con su Cuerpo,
su Sangre, su alma y su divinidad" (Cc. de Trento: DS 1640; 1651).
2) El segundo punto que
quiero compartir hoy con vosotros es que la Eucaristía es una forma de vivir. San
León Magno dice: "Nuestra participación en el Cuerpo y la Sangre de Cristo
no tiende a otra cosa que a convertirnos en aquello que comemos". Nosotros
estamos llamados a ser la ecuaristía que alimente la fe, esperanza y caridad de
otros… por eso Jesús dice: “darles vosotros de comer”… ahora somos nosotros los
que tenemos que darles de comer, somos nosotros la eucaristía viviente,
presencia real de Cristo entre los hombres.
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