28 nov 2009

1er Domingo de Adviento


Adviento: “¿quién es ese que viene?”

(P. Luis J. Tamayo)

Este domingo comenzamos un nuevo año litúrgico, y lo empezamos con el tiempo de Adviento y la celebración de la Navidad.

El Adviento viene del latín adventus, que quiere decir venida o llegada.  Entonces, si Adviento significa venida, la pregunta es sencilla “¿quién es ese que viene?” Y si la pregunta es sencilla, la respuesta es aún más sencilla… “quien viene es Jesús”.

Lo que este año yo me pregunto seriamente es si el Adviento, es decir, la venida de Jesús es algo que puedo vivir de verdad, y devolverle todo su significado profundo; para ello lanzo unas preguntas: ¿Cómo puede ser este Adviento un tiempo para vivir y hacer realidad la espera de Jesús? ¿De verdad me preparo para dejar que Jesús venga a mi vida, a mi familia, a mi historia, a mis circunstancias…?

Creo que no hay que tener miedo a hacerse preguntas, es bueno replantease las cosas, pues en el ambiente en que vivimos o redescubrimos el significado profundo de nuestra fe y nuestras celebraciones o nos dejamos llevar por la sociedad de consumo. En esta semana ya han sido varias las personas que me han dicho… “otra Navidad más…” pero sin encontrar en ellos un tono de mucho entusiasmo. ¿Será que hemos vaciado las Navidades de su verdadero contenido? ¿Será que no nos preparamos bien para darle el verdadero sentido? ¿Será que nos olvidamos de lo esencial?

Celebrar las Navidades, pero sin olvidarnos de preparar la venida de Jesús exige de nuestra parte una reflexión, un pequeño esfuerzo de pararse y recuperar el sentido profundo. Por eso la Iglesia que es maestra propone este tiempo de Adviento previo a la Navidad para prepararse, es decir, la venida de Jesús es algo de tanta riqueza, tan grande y tan profundo que se necesita de un tiempo previo de cuatro semanas para preparar la venida de Jesús y para no olvidarnos del gran protagonista de este tiempo.

Por ejemplo, se me ocurre una pregunta un poco loca: si quitáramos a Jesús de en medio en estas navidades, ¿en qué se quedaría este tiempo de adviento? Pregunta que no está tan lejos de la realidad. Aquí no funcionaría esa máxima del cine que dice: cualquier parecido con la realidad es coincidencia; aquí cualquier parecido con la realidad es la realidad misma.

El otro día mirando tarjetas de Navidad en una tienda escuché a dos chavalas una conversación que me impactó. Una le decía a la otra señalándole una tarjeta de Navidad donde se representaba al niño Jesús con María y José: “fíjate, hasta la Iglesia se aprovecha de las Navidades para hacer propaganda”.  Obviamente estas chavalas celebran la Navidad pero ignoran por completo el verdadero significado de la Navidad como la natividad del niño Dios. Conocen la palabra “navidad” pero lo han vaciado de contenido. Para ellas y para muchos de nosotros la Navidad es igual a = luces; regalos; fiestas; vacaciones, etc

Es verdad, crudamente así visto es un tiempo donde se incrementa el consumo, las compras y donde la gente se vuelve loca comprando por las tiendas de Madrid. La alegría de hacer un regalo deja de ser algo espontáneo y celebrativo para convertirse en una obligación y a veces en una carga…

Sinceramente yo no quiero esto para mí. ¿cómo hacer que el Adviento sea un tiempo de preparación de la venida de Jesús? Os voy a proponer el mismo camino que recorrió la historia, no vamos a inventar nada nuevo, pero quizás la historia nos facilite la respuesta.

Si ahora la sociedad pagana y secular vacía de contenido las fiestas cristianas adueñándose de sus nombres y dándole un contenido distinto: ejemplos como San Valentín es el día del amor; Semana Santa es para muchos la semana blanca de esquí; Santa Claus es papa Noel; Navidades es el tiempo de regalos y familia… lo que debemos hacer es lo mismo que hizo el cristianismo en la historia: rescatar el simbolismo y el significado profundo de los paganos para darle el significado y el contenido a nuestra fe.  El ejemplo que os pongo es el de la Navidad:

La fiesta del 25 de diciembre no apareció hasta el siglo IV d. J.C. que se corresponde con el solsticio de invierno, o también llamado de diciembre. La fiesta del solsticio se celebraba como el regreso del Sol, en especial en las culturas romanas y celtas: a partir de esta fecha, los días empezaban a alargarse, y esto se asociaba a un triunfo del Sol sobre las tinieblas, que se celebraba encendiendo fuegos. Posteriormente, la Iglesia Católica decidió situar en esta fecha, la Natividad de Jesucristo, dándole el mismo carácter simbólico de renacer de la luminosidad y la victoria de la luz en el mundo sobre las tinieblas del egoísmo y la oscuridad de la falta de amor, tratando así de solapar al mismo tiempo la festividad pagana previa. (Este sería el significado del Evangelio de hoy, cuando dice que de los signos de miedo, temblor y oscuridad, verán al Hijo venir con poder y majestad)

San Agustín de Hipona dijo «las antiguas fiestas paganas se asumieron con cambios de nombre para satisfacer a las masas paganas cristianizadas que deseaban mantener sus festivales gozosos.» Nosotros tenemos ya los nombres, pero se nos ha escapado el contenido. Empeñémonos estas Navidades en recuperarlo!!

27 nov 2009

REFLECTION Sunday´s Gospel


Homily for 1st Sunday of Advent (28 Nov 2009)

Fr James McTavish FMVD

Your liberation is near at hand” (Lk 21,28)

All things can be born patiently when liberation is close at hand. Many of the older generation here in Manila remember the moment of their liberation during the occupation of world war two. They kept their hope alive in a difficult moment because they knew that the American army was close by and liberation would come soon. When they were eventually liberated it was an experience of great joy and freedom.

Have you ever been liberated? The other day I went to celebrate mass and afterwards had to organize a moment of Eucharistic adoration. I was not so familiar with the rite, especially the part in Latin and I had to ask for help. I felt liberated! Liberated from the idea that I should already know everything, freed from my concern about what others might think. What is liberation all about? Ask William Wallace and he would cry out “Freedom!” Is there anything that you need to be freed from?

Once we went to a prison on a pastoral visit. The prison was enormously overcrowded. In a room the size of a tennis court there were perhaps 250 men living. So tightly packed that not all could lie down and sleep at the same time such that they had two shifts and took it in turns to sleep while the other group stood standing. In the prison the prisoners gave us such a warm welcome, dancing, singing and cheering that I reflected that they seemed very ‘free’! Many times we are imprisoned in ourselves, in small concerns and worries. Many times we are held captive by fears but the Spirit desires our freedom.

In the moments of difficulties and trials, when it seems that the world will collapse then know that ‘our liberation is close at hand’. The Lord is near have no anxiety at all. In the gospel one interpretation of the apocalyptic end times with the sun falling, the moon becoming darkened is the situation of a humanity that suffers. “There will be signs in the sun, the moon, and the stars, and on earth nations will be in dismay, perplexed by the roaring of the sea and the waves. People will die of fright in anticipation of what is coming upon the world, for the powers of the heavens will be shaken.” But in these moments what is the advice of the Lord? "But when these signs begin to happen, stand firm and raise your heads because your liberation is at hand.” What do we need to stand firm in the moment of trial? Courage and faith! Once St Paul wrote to the community in Greece and said “Always be courageous” not just sometimes but ALWAYS. Later he said “do not be intimidated in ANY WAY by your opponents”.

Hope my soul, hope. The gospel today reminds us “Beware that your hearts do not become drowsy from carousing and drunkenness and the anxieties of daily life, and that day catch you by surprise like a trap. For that day will assault everyone who lives on the face of the earth. Be vigilant at all times and pray that you have the strength to escape the tribulations that are imminent and to stand before the Son of Man.”

Let us be vigilant as we wait for the coming of our liberator. We close with the words of Cardinal Newman:

"They watch for Christ who are sensitive, eager, apprehensive in mind,
Who are awake, alive, quick-sighted, zealous in honoring him,
Who look for him in all that happens,
And who would not be surprised,
Who would not be over-agitated or overwhelmed,
If they found that he was coming at once.

"This then is to watch: to be detached from what is present,
And to live in what is unseen;
To live in the thought of Christ as he came once,
And as he will come again; to desire his second coming,
From our affectionate and grateful remembrance of his first."

21 nov 2009

REFLECTION Sunday´s Gospel



HOMILY FOR CHRIST THE KING (22 Nov 2009)

Fr James McTavish FMVD

"MY KINGDOM IS NOT OF THIS WORLD"


The feast of Christ the King was instituted in 1925 by Pius XI. That period was a time of Kings and empires, of countries seeking to dominate others, to rule over one another. The pope instituted the feast to underline the Kingship of Christ – May Christ the King truly be the King of our heart, mind and will! I don’t know if you have actually ever lived under a king or queen. I am from Britain and I have always lived under Queen Elizabeth II. She has an empire, power and is very rich. The kingship of Christ is so very different. He was poor, and lacking in worldly power and status. He said “My kingdom does not belong to this world”. What sort of King is he? What sort of Kingdom does he have?

In the first reading from the book of Daniel we have a vision. “I saw one like a Son of man coming, on the clouds of heaven; when he reached the Ancient One and was presented before him, the one like a Son of man received dominion, glory, and kingship; all peoples, nations, and languages serve him. His dominion is an everlasting dominion that shall not be taken away, his kingship shall not be destroyed.” (Dan 7, 13-14). Many kings and queens will come and go but the kingship of Christ is everlasting. In the second reading it says “Jesus Christ is the …ruler of the kings of the earth. To him who loves us and has freed us from our sins by his blood, and has made us a line of kings” (Apoc. 1, 5-8). When did this happen? When did we become kings? Let us see if we know our theology. When did you become a king? In baptism! We receive the anointing with chrism and participate in the priestly, prophetic and KINGLY mission of Christ. All baptized are kings already. When you next fill out a form asking for blood type, don’t put ‘O’ for ordinary any more, put ‘R’ for royalty!

What does it mean to be incorporated into the Kingly mission of Christ? The Kingly mission of all the lay faithful is twofold – 1. To have dominion over the kingdom of sin 2. To participate fully in the building of the Kingdom (Cf. Lumen Gentium 36).

To dominate sin and not to be dominated by it. For example, many people are dominated by material goods. So instead of putting Christ on the throne of our hearts they actually put the dollar sign. But you are called to dominate money, and use it well to build up the Kingdom. Like the lady in the little store in the squatter’s area in front of our house. One day buying bleach I asked her how much it was. I bought it and gave her thirty pesos. Not thirty she said, thirteen. Wow! In a corrupt world this woman is building up a kingdom of justice. She is really helping build the kingdom. She is not dominated by riches even though she is poor, instead she dominates her desire for wealth and helps build up the Kingdom. Let us not pay lip service to Christ the King alone worshiping him with our mouths yet our lives remain far from him.

Our King is a humble one. Pilate did not recognize or understand this Kingship. “Are you the King of the Jews” he asked? Jesus is very clear “My Kingdom is not of this world”. Maybe we can be like Pilate – we have difficulty to recognize Christ the true King because many other kings dominate our heart. Who reigns in your heart? Is it Christ the King?

The only way that Christ may reign in us is to obey him. He states “Everyone who belongs to the truth listens to my voice. (Jn 18, 37). The King of truth desires that we listen to him. In a retreat this week I understood from the Lord two things – to share everything with him in prayer and to work hard in building up his Kingdom. I started to pray but I was so sleepy, every time I wanted to pray my eyes were closing. It is so easy to be dominated by laziness and comfort! I had to get off my chair and kneel in front of the Lord in the tabernacle and beg him for strength to help me pray. Sometimes my feelings reign in me, I can even feel sad at times but Jesus reminded me to share everything with him. In that way he can really reign in my heart.

As baptized let us take up the challenge to work in building up the Kingdom. I have seen many good people working for the Kingdom of heaven and I have met others who are working only for an earthly honours, riches and pleasures for their family but this kingdom will pass away. How about you? How are you working to build up the Kingdom of heaven? Who is the King in your heart – is it really Christ? Let him truly reign and you will not be dominated by other kings.

Let us continue this celebration asking for the desire to build up the Kingdom of heaven. Let us truly marvel at the kingly dignity we have. So many will do foolish things trying to find this dignity yet as children of God we already have this kingly identity. One father we know got on to a bus and found his daughter passed out drunk and covered in vomit. “This is my beloved daughter” he said. God our heavenly Father looks at many of his children today with so much love because many also are losing their dignity. They don’t know who they are. Will you tell them? Will you help them discover their true dignity?

May we grow in faith to recognize the coming of our humble King, who makes himself present in every Eucharist, in all his power and glory, in a small piece of bread. Christ the King, may you truly reign in us, give us dominion over sin and make us more determined to build up your Kingdom here on earth.

REFLEXION Evangelio Semanal

Solemnidad de Cristo Rey
(P. Luis J. Tamayo)

No se que os viene a la mente cuando escuchamos el nombre de la fiesta de “Cristo Rey”. Sinceramente si uno no profundiza e intenta entender las cosas, el mismo nombre nos suena hasta anacrónico. 

La fiesta de Cristo Rey fue instaurada por el Papa Pío XI el 11 de Marzo de 1925. Quizás en ese tiempo la figura del Rey como soberano de un país tenía su sentido. Hoy día, que se pone tanto en cuestión no solo la figura del Rey – pues su papel de gobierno es mínimo – sino también cualquier figura de autoridad, ahora lo que nos faltaba a la Iglesia era poner a Jesús como Rey con cetro, capa y corona.

Por ejemplo, yo me pregunto como presentar a Cristo como Rey a la juventud de hoy, a la mentalidad de hoy. A estos chavales que crecen en un mundo muy crítico, que van perdiendo el sentido de respeto a la autoridad, y para los que la figura de un rey tiene que ver más con Kaka o Ronaldo como – rey del futbol – o Michel Jackson como – rey del pop –. 

¿Cómo entender hoy la fiesta de Cristo Rey?
Intelectualmente puedo explicaros que es un Rey y aplicar este concepto a la persona de Jesús. Pero no quiero que sea esto el propósito de nuestra reflexión. Una persona solo entenderá el verdadero significado de Cristo como Rey si desde la experiencia de vida – realmente – le va dejando ser dueño y señor de su corazón y sus decisiones. 

¿Ejemplos? Hay muchos testimonios de personas que dejan a Jesús ser Rey y Señor de sus vidas como el acto más inteligente. Sabemos de una mujer embarazada cuya salud corría peligro si daba a luz y, a pesar de las dificultades, de ratos a solas con Jesús orando con su marido ambos deciden que ella de a luz. Ella decía que esta no era sólo una opción por la vida, sino una opción por dejar a Dios reinar en sus vidas.

Conozco en Roma a una familia con 5 hijos que, después de mucha oración en familia, deciden adoptar un niño abandonado deficiente. Es una familia que dice que experimenta tanto amor de Dios que ven su familia como lugar privilegiado para que ese niño también lo experimente.

Acompañé espiritualmente a un chaval de 17 años, quien me contaba que en un examen tuvo la mala suerte de que le preguntaran lo que poco había estudiado, y cuando otros compañeros copiaban, el sentía por dentro que Jesús le invitaba a ser honesto. La alegría que sintió no fue por el suspenso, que algo le dolió, sino por que estaba limpio y Jesús le ayudó a ser honesto.

En tantos ejemplos vemos como muchos de nosotros intentamos escuchar a Jesús en las distintas decisiones que vamos tomando en la vida.

Jesús es Rey en la vida de alguien cuando tiene algo que decir, cuando tiene una voz. Cuando tiene opinión. Cuando es alguien vivo. Cuando uno decide darle las riendas de la vida a Jesús, no como perdida de la libertad – como si de un servilismo se tratara – sino como el testimonio de una total libertad. San Pablo dirá “Yo se de quien me he fiado”, ¿cómo no poner mi vida en tus manos?. Si yo se que Dios solo desea lo mejor para mi ¿cómo no soltar las riendas y poner mi vida y voluntad al querer de su voluntad?

Pero cuando intuyes que hay un gran bien en seguir una intuición interior que sabes que es de Dios… y no lo haces… te puede el egoísmo, te puede la codicia, y te distancias de Dios… Entonces Cristo está en tu mente, pero no puedes decir que es Rey de tu vida. Santa Teresa: No hay mayor cruz que no coger la cruz. No dejarle llevar las riendas de mi vida al final nos hace más daño.

Así es la sabiduría de la Iglesia que sabiendo que para el hombre no es fácil discernir la voz de Dios y su voluntad… los grandes maestros de espiritualidad siempre se dejaron guiar por la “Dirección espiritual”… hoy lo llama la Iglesia “acompañamiento espiritual o consejo”… 

Cristo llega a ser Rey no porque tiene un título sino por que guiado por Él me lleva a experimentar la alegría de su reinado en mi corazón, su reino no es un lugar… su reino es la experiencia de paz, amor, consuelo, bondad, compasión, y no solo para mi sino desde mi para los demás. 

Oración: Jesús, dame luz en el entendimiento y fuerza en la voluntad... pues aunque quiero no está en mis manos dejarte ser Rey de mi vida?

15 nov 2009

REFLEXION Evangelio Semanal

¿Donde pongo mi esperanza?
(P. Luis J. Tamayo)

(Introducción: Este evangelio y el del domingo que viene, que es la fiesta de Cristo Rey, son dos textos en continuación… el primero es la reflexión de que todo lo de esta tierra se tambalea y pasa, y que lo único que permanece es el Señor; por eso la invitación de hacerlo Rey y Señor de mi vida, y anclar la vida en él.  Estos dos textos son el colofón del año litúrgico; con estos dos textos se cierra el año y el domingo 29 de Noviembre damos comienzo al Adviento.)

El evangelio de hoy (Mc 13,24-32) parece el trailer de una autentica película de esas apocalíptica de ciencia-ficción del año 2050.  Cuando uno lo lee se imagina la escena:  En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán”.

Hemos de saber que este tipo de textos son los llamados apocalípticos, es decir, textos de la época que querían llamar la atención a prepararse para lo que ellos pensaban que estaba cerca: el fin del mundo y la segunda venida del Señor.  Obviamente el tiempo fue pasando y ni el sol entró en tinieblas, ni las estrellas cayeron del cielo, ni los astros tambalearon. Fue entonces cuando se tuvieron que replantear el verdadero significado de ese llamado “final de los tiempos y la venida de Cristo”. 

Lo que si es verdad es que el texto lleva consigo una reflexión muy actual y veraz… para mucha gente el sol está en tinieblas, sus vida no trasmiten luz, ni alegría, sus vidas no dan resplandor… El otro día estaba en un acto litúrgico y me fijé en las caras de los asistentes y te das cuenta cuando un rostro resplandece de alegría, refleja esperanza, o, sin embargo, su rostro está en tinieblas, y transmite tristeza y desesperanza. Cuando tu tienes el brillo de la esperanza en el corazón enseguida detectas quien no lo tiene. Cuando tienes la chispa de la alegría del Señor en el corazón no puedes más que reflejarlo en el rostro, en una actitud positiva frente a la vida, y sobre todo en la esperanza.  Cuando la esperanza está puesta en el Señor, ya pueden ir mal las cosas que nada te derrota.

El Evangelio de hoy nos invita a poner la esperanza en el Señor.  Llega un momento en la vida que parece que todo se acaba, que todo se tambalea o incluso que se cae, que parece que es el fin del mundo… pero es justamente esa sabiduría de Dios que te conduce y te lleva a poner la esperanza solo en Dios y no en las cosas de este mundo.

Estuve hablando con unos amigos, esperaban una niña, la niña nació con una deformación en el sistema motor. Ella reconoció que el primer impacto fue la desesperanza.  Se preguntaba como podía afectarle esto si tenía que estar feliz que la niña estaba bien y el doctor le daba esperanzas. Y tras días de oración y de examen se dio cuenta que estaba poniendo todo el acento en la opinión de los demás, en el estándar de belleza, comparaba a su hija con otros bebes. Se dio cuenta y me decía que su apoyo y esperanza no estaba puesta en el Señor, sino en los valores de este mundo, así se le cayó todo al suelo.

Al final del evangelio dice: “cielo y tierra pasarán, más mis palabras no pasarán”.  Todo lo de este mundo se cae. Si pongo toda la importancia en querer quedar bien delante de todo el mundo, el día que no agrade a los demás, sentiré la angustia. Si pongo todo el énfasis en que mi hijo tiene que ser doctor para seguir la tradición de la familia, si decide ser artista se me cae el mundo al suelo. La pregunta es: ¿dónde pongo el apoyo de mi vida? ¿dónde está puesta mi esperanza? ¿qué es aquello que si tambalea, me hace tambalear? ¿en que valores apoyo mi vida?

Creo que no hay que tener miedo a estos momentos en los que muchas cosas se nos tambaleen en la vida, pues es pedagogía de Dios permitir que las cosas se nos caigan, y aunque parezca el fin del mundo… esto acontece para darnos cuenta que “cielo y tierra, y tantos otros valores que no son de Dios al final pasan, pero que solo Él no pasa”. 

Quiero acabar recordando una experiencia que me ayudó mucho: cuando llegué a Cebú, queríamos meternos en el mundo universitario, y después de mucho llamar puertas nos dejaron trabajar en una Universidad no católica.  Empezamos a montar un grupo de jóvenes.  Después de 6 meses el grupo había crecido. Había dos amigas que eran líderes y lo dinamizaban todo. Recuerdo que poco después las dos se enfadaron entre ellas y dejaron de venir… el grupo se cayó. Yo me desanimé. Pero me ayudó tanto a darme cuenta que estaba poniendo todo el acento en los resultados, solo me preocupaba el número de personas para que la Universidad diera la aprobación definitiva (algo muy lícito, pero no lo mas importante).  Mi esperanza no estaba en trabajar para el Señor, sino para la aprobación de los otros. Dios me llevó por el desierto. Entendía de Él: ¿para quién trabajas? ¿para quién haces las cosas? ¿soy Yo la razón de tu entrega o sólo buscas resultados? Fue un momento de purificar mi corazón. Y centrar mi corazón. En ese tiempo me ayudó mucho la oración de Santa Teresa: Nada te turbe, nada te espante todo se pasa, 
Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, 
quien a Dios tiene nada le falta sólo Dios basta.  Trabajar para los resultados es importante pero no puedo apegar mi corazón solo a ello, pues al final lo sustituyo por Dios, y si esto falla y cae uno se cae con ello.  

REFLECTION Sunday´s Gospel



33rd Sunday of Ordinary Time

(15 Nov 2009)


James McTavish FMVD


“The Lord is near!”


The Gospel today sounds like the trailer of a disaster movie – “...the sun will be darkened, and the moon will not give its light, and the stars will be falling from the sky, and the powers in the heavens will be shaken." (See Mark 13, 24-32). What are we to do? To prepare our 'end of the world is nigh' banners?

The first thing that helps us is to understand the style of writing which is known as apocalyptic, very rich in figurative and symbolic language. Now we love symbols and cracking codes so let us ask the Holy Spirit to enlighten our minds. What does this prophecy mean? Should we be getting alarmed? What is very helpful is the subsequent verse – “then they will see the Son of Man coming in the clouds with great power and glory”. The Saviour is coming! So in the middle of the drama the Lord enters. Christ, the head of the cosmos has everything under control.

How can Christ make himself present in the middle of the apocalypse? Perhaps a little example from life can help. Last week I was organizing some of our apostolic activities with the youth here in Manila. After a long day of intense work we were deciding how to go home. They could not decide and there was some indecision and changing of plans. I got impatient and spoke a bit sternly to them telling them to get their act together. My tone was apocalyptic, the atmosphere changed and it seemed like the end of the world was nigh! But here, if we are open, Christ comes. How? In the humble recognition that I was wrong. I apologised to the group and Christ’s coming was made ‘real’ in the asking for forgiveness. The Son of Man indeed comes with great power if we let him.

Vigilance is required. The gospel tells us ‘when you see these things happening, know that he is near’. At times prompt action is needed, to respond immediately and we discover that the Lord is near. In other moments it is good to be patient. Like the song by U2 called ‘40’. The song is about psalm 40 and one line that Bono sings is ‘I waited patiently for the Lord’ (Psalm 40,1). The Lord comes to those who wait. A person was inviting his friend back to Church. It took three years for the friend to respond. When we ask and pray to the Lord patience is sometimes required. In the waiting our faith, and love, is tested, purified and made more perfect.

It is a wonderful gift to recognize the presence of the Lord and to be able to wait for his coming too. St Patrick had a prayer which showed the closeness of the presence of the Lord ‘Christ with me, Christ before me, Christ behind me, Christ in me, Christ beneath me, Christ above me, Christ on my right, Christ on my left, Christ when I lie down, Christ when I sit down, Christ when I arise, Christ in the heart of every man who thinks of me, Christ in the mouth of everyone who speaks of me, Christ in every eye that sees me, Christ in every ear that hears me.’

In a polluted world let Christ be the air you breathe. When all around may be doom and gloom as if the world is ending and there is no hope how beautiful to announce good news. In my daily situations and challenges am I an announcer of the apocalypse? When I look at the society, the people around do I only see bad news, always complaining? Or do I see that actually the Lord is near? How inspiring the one who recognizes the coming of Christ, who is able to see Christ working, to recognize his Risen face!

The Lord be with you! And also with you, especially in the situations that surround us let us not be announcers of the apocalypse but announcers of the good news, ‘The Lord is near’. Amen

14 nov 2009

Some very good and very bad things

The most destructive habit………........................Worry
The greatest Joy..................................................Giving
The greatest loss.............................Loss of self-respect
The most satisfying work.......................Helping others
The ugliest personality trait.........................Selfishness
The most endangered species..........Dedicated leaders
Our greatest natural resource....................Our youth
The greatest 'shot in the arm'.............Encouragement
The greatest problem to overcome….....................Fear
The most effective sleeping pill............Peace of mind
The most crippling failure disease...............Excuses
The most powerful force in life..........................Love
The most dangerous pariah.....................A gossiper
The world's most incredible computer.......The brain
The worst thing to be without....................Hope
The deadliest weapon.........................The tongue
The two most power-filled words..............'I Can'
The greatest asset.......................................Faith
The most worthless emotion..................Self-pity
The most beautiful attire.......................SMILE!
The most prized possession....................Integrity
The most powerful channel of communication.......Prayer
The most contagious spirit..................Enthusiasm
The most important thing in life..................
GOD THE ALMIGHTY.

8 nov 2009

REFLECTION Sunday´s Gospel


Homily for 32nd Sunday

Fr James McTavish FMVD

"Do you see what I see?"

Many people who have problems with their eyes do not really notice until they have a check up. I remember sitting in the lecture halls of my university in Rome one day and realizing that I could not see the notes on the lecturer’s whiteboard very well. In my eye test the optician told me that I was short sighted in my left eye. It was easily corrected with glasses.

In today’s Gospel (Mark 12, 38-44) Jesus gives his disciples an eye test. They are in the temple watching people put money in the treasury box. Many rich people put in large sums. Then a poor widow came and put in two copper coins worth a few cents (the copper coin was the smallest in circulation at that time). Undoubtedly the disciples noticed the big donations being put in and may have been impressed by that. But many times what we see or what we give value to is not what God sees or values. Man looks at appearances whereas God looks at the heart. Jesus called his disciples to himself and said "Amen, I say to you, this poor widow put in more than all the other contributors to the treasury. For they have all contributed from their surplus wealth, but she, from her poverty, has contributed all she had, her whole livelihood."

It is as if Jesus was singing to his disciples the line from a well known Christmas carol here in the Philippines “Do you see what I see?” Often as humans we give value to things which perhaps in God’s sight have no value at all and may even be against his will. The other day I noticed a Porsche Carrera here in Manila. Wow! What a car. Perhaps we notice the car but perhaps God notices the selfishness and indifference of a person who can have such a car while so many people in this city are so poor, of so many children who are begging and living in inhuman conditions. Often we give value to what we see is important and don’t value what is actually precious for the Lord! The other day a brother had collected some coconuts and had prepared coconut juice. On seeing the jug full of ‘dirty water’ I threw it out and washed the jug. What a surprise I got when he asked me if I had seen the coconut juice! Oh dear!

To really see as God sees requires a contemplative gaze. One theologian said ‘the Christian of the future will be a mystic (contemplative) or he will not be a Christian at all’. The other day we went to bless a canteen. It was just a small corner in a school, very humble beginnings. I told them that McDonalds probably began in this way! What was beautiful was listening to the story of how this venture had come to fruition. They had wanted to open the canteen 6 months ago but it was not possible. At first they were disappointed but later they began to see the hand of God behind the events. God has his time. Sometimes we need to wait, and sometimes we need to act. This requires docility to the Spirit who always helps us to be on time for God’s plans. To trust that God will give us what we need.

This trust is visible in the life of the poor widow. Only the person who really has experience of God as the great provider can live with such freedom from material goods. Jesus criticizes those lawyers in the gospel who are trapped by the riches of this world. “Beware of those who devour the houses of widows and, as a pretext recite lengthy prayers. They will receive a very severe condemnation”. In those times, lawyers used to serve as trustee’s of a widow’s estate. Those lawyers with a reputation for piety would get many clients. Jesus criticizes their hypocrisy. How different the lawyer who came to visit us yesterday to give us a donation for our mission work. He is rich but he uses his wealth wisely. He said to us “It is harder for a camel to pass through the eye of a needle than for a rich man to enter the Kingdom of heaven!” With the peace and joy that this man radiates it is obvious that he is experiencing a taste of heaven already.

How to grow in this trust? How to acquire this heavenly vision whilst we are still pilgrims here on earth? Listening to Jesus. I see this but I will consult my divine optician first before deciding. I see this Jesus, but what do you see? And the Word of God tells us what the Lord sees, what the Lord wants. Like Eiljah asking the poor widow in the first reading for bread (1 Kings 17, 10-16). The widow responds ‘I have nothing baked; there is only a handful of flour in my jar and a little oil in my jug.’ The famine is so severe that she believes her and her son will die soon. But Elijah puts his trust in the Word of the Lord ‘For the LORD, the God of Israel, says, 'The jar of flour shall not go empty, nor the jug of oil run dry’. The widow feeds Elijah and indeed “she was able to eat for a year, and he and her son as well; the jar of flour did not go empty, nor the jug of oil run dry, as the LORD had foretold through Elijah.”

How to reach this level of trust in what the Lord is telling us? To trust more in what the Lord sees than what we see? The answer is the same as that given by the American cop in Manhattan. The world class violinist was looking for the Carnegie music hall for his solo recital. With his violin under his arm he asked the cop how he could get to the Carnegie music hall. “Practice man, practice” replied the cop. Let us never get tired of exercising this dialogue with the Lord. Asking him Lord what do you see in this situation? I see this but often I am short sighted. What do you see? Growing in this trusting, loving friendship will help us overcome our fears and all the things that stop us giving ourselves generously to the Lord and for his Kingdom.

We can ask ourselves in what way is the Lord asking me to give my two little coins? The rich are those who simply give out of their surplus but the widow makes a real sacrifice, she gives all she had. Do I give to the Lord out of my surplus or do I give all I have? Let us ask the Lord to more and more like the poor widow, not afraid to give all that we have. And let us not wait until we are in front of the just judge who will ask us to account for what we have spent our riches on. Let us begin today while there is still time and ask the Lord to give us his same loving gaze on all our brothers and sisters, especially on those who are poor. Amen.

7 nov 2009

REFLECTION Sunday´s Gospel,

Quality versus Quantity

(Fr. Luis J. Tamayo)

In today’s gospel (Mc 12, 38-44) Jesus in the Temple observes how the rich people put a lot of money into the treasury, then a poor widow puts in only two coins. Then Jesus said: “this poor widow has put in more than all those who are contributing to the treasury.” Then you can ask yourself, how come she put in more than anybody else if she put in only two small coins? If we just count the quantity of coins, of course, the others were the ones who put in more than anybody else.

Then Jesus explains: “For they have all contributed out of their abundance; but she out of her poverty has put in everything she had, her whole living."  Jesus explains that the rich put in a big quantity but form their surplus, but this poor widow, from her poverty, has contributed all she had.

The Gospel helps us to understand that what is important is not about quantity, but about quality.  The society in which we live is pushing us to a 'quantity mentality': lots of titles, certificates, lots of languages, lots of courses, lots of activities, and lots of toys… We all live running trying to reach the targets.  Then our kids live the same way than the adults, running trying to cope up with all the activities, studies, sports, piano, tennis, etc. but at the end they don’t take time to deeply appreciate and enjoy what they are doing.

Sometimes it seems we are afraid to stop, to slow down, and to rediscover what is the meaning of quality life, I mean, what is to do things slowly, taking the time to enjoy. Whatever you do, do it with quality, take your time to do it well.

The wisdom of old people says: “few things but well done”.

I have a friend that every night during the week she sets the table for dinner like any Sunday, all the family together and, of course!, no TV.  She told me “I don’t want to rush also at the end of the day, I don’t want the kids to have dinner at the kitchen in whatever way.  I want all my family together, to bless the dinner, to talk about everyone’s activities, and to give them time to listen to them”. I agree, it is not about how long we stay together, but how well we stay together.  It is about quality time.

Saint Ignatius of Loyola also said: “it is not about knowing much, but about realizing, or becoming aware and appreciating things interiorly, that 
fulfills and satisfies the soul”.

To feel satisfied, to taste or to appreciate any thing we do interiorly, we need to stop once for a while and to rediscover with new ayes the things we are doing.  How important is to be able to ask yourself what am I doing?, am I grateful for the things I do? Do I evaluate the positive things I do? And what about the negatives?

I had a companion in the Seminary that when he listened the calling to become a priest, his father told him: I will support you, but if you are not going to be a good priest leave it. The Church doesn’t need many priests but good and holy priests.   We can apply this to all of us: today the families don’t need whatever kind of parents, but a good dad and a good mom.

At the end of life, we all agree it is not about the quantity of years I lived, but on the quality life I had. And the question is: what brings true quality to our lives? The only answer is ‘Love’.  Love is the only thing that adds quality to our lives.

Yesterday I recalled an experience I had in the Philippines. I went to visit a very poor family. They didn’t expect me. When they saw me there, they were very happy and called the rest of the family. We sat down around the table to share and talk. And I saw how the mother was giving instructions to the young kid and he left the place running. Fifteen minutes later I had on the table, just for me, a coke, some rice, some chicken and fruits.

I was the only one I ate; the rest was staring at me. I knew they were so happy to serve me the best they had. But inside of me I knew that they will not have dinner that night; but not eating meant to reject their hospitability. The only thing I could do was to enjoy and to appreciate with them their generosity. They gave me everything they had; they gave me all their love.

When you experience this kindness you are not in a hurry, you want to stay and appreciate and be grateful for the love that the people puts in the things they do. It was not about the quantity of food they served me; it was about the quality of the love they gave me. A kind of love e that gave everything they had.

REFLEXION Evangelio Semanal


Calidad y no cantidad

(P. Luis J. Tamayo)

En el Evangelio de hoy (Marcos 12, 38-44) Jesús observa, y ve como los ricos echaban gran cantidad de dinero, pero se acercó una mujer pobre y viuda y esta echa solo dos monedas. Y entonces Jesús al ver a unos y a otros dice:  “Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie”; entonces uno se puede preguntar ¿cómo ha echado más que nadie si en cantidad ella ha echado menos? En cuanto a cantidad de dinero fueron los otros quienes echaron más.

Y Jesús aclara: “Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta mujer, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.”  Jesús lo explica de esta forma, los ricos echaron mucha cantidad pero de los que les sobraba; sin embargo, la mujer, aún en necesidad,  echó todo lo que tenía.

Este evangelio nos ayuda a entender como muchas veces lo que realmente importa no es la cantidad sino la calidad de todo lo que hacemos. La sociedad de hoy nos empuja, y subrayo empuja… a la cantidad… muchos títulos, muchos cursos, muchos idiomas, muchas actividades, muchos juguetes, etc.  y esto solo nos lleva a mucho tiempo corriendo de un lado para otro intentando alcanzar la meta en cuanto a cantidad.  Y al final, a los hijos les metemos en el ritmo frenético de los padres, y acaban por no disfruta las cosas que hacen, pues van corriendo como nosotros.

Parece que hay miedo a pararse… y redescubrir lo que es vivir con calidad, hacer las cosas con detalle, invertir tiempo y disfrutar. Hacer cosas con calidad, hacer cosas bien hechas y disfrutarlas lo más posible.

La sabiduría popular nos lo dice: “Poco y bien sabido doblemente sabido.” El refrán lo dice: “poco y bien”.

No es cuanto tiempo pasamos juntos, sino que el tiempo que pasemos juntos sea de calidad. Tengo una amiga mía que todos los días para cenar, que es el momento del final del día donde se junta la familia, pone la mesa del comedor, sin televisión. Me decía: “no quiero que comamos de prisas y de cualquier forma en la cocina… sino todos juntos, bendecir la mesa, poder dialogar sobre el día, que cada uno cuente sus aventuras, darles tiempo para escucharles".

Dice San Ignacio: “no el mucho saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar las cosas internamente” .

Pero para sentir, gustar, apreciar, saborear las cosas internamente uno tiene que pararse de vez en cuando y redescubrir con ojos nuevos las cosas que está haciendo. Preguntarse por que las hace, agradecer el poder hacerlas, ver y evaluar las consecuencias positivas de hacerlas, y ver y evaluar también lo negativo que puede entorpecer el hacerlo bien.

Un compañero del seminario, me contó que cuando escuchó la llamada al sacerdocio, su padre le dijo: Yo te apoyo, pero si no has de ser un buen sacerdote mejor déjalo.  La Iglesia no necesita muchos sacerdotes, sino buenos sacerdotes.  Si tomas este camino se lo mejor que puedas.

Esto nos lo podemos aplicar todos. La familia de hoy no necesita cualquier clase de padre y madre, sino un buen padre y una buena madre.

Al final, en la vida lo que cuenta no son solo los años vividos, las cosas acumuladas, los viajes hechos, asegurarse una buena pensión, sino que al final lo que realmente cuenta es la calidad de la vida.

¿Qué es lo único que puede dar calidad a la vida? el amor. Y hay que decir que a mayor calidad de amor, mayor calidad de vida.

Ayer recordaba una experiencia que tuve en Filipinas que nos ilumina el evangelio de hoy.  Fui a visitar a una familia muy pobre, ellos no me esperaban, cuando me vieron llegar se pusieron felices, llamaron al resto de la familia, nos sentamos en circulo y todos hablando y compartiendo.  Vi como la madre daba ordenes al pequeño y salió corriendo. Al cabo de un rato tenía en la mesa para mi una cocacola fría, una ración de arroz y un trozo de carne y fruta.

Era el único que comía, ellos estaban felices de servirme y ofrecerme lo mejor que tenían. Pero en mi interior yo sabía que ellos esa noche ya no cenarían. No comer era rechazar su hospitalidad. Lo único que podía hacer era disfrutar con ellos de su generosidad, me lo habían dado todo, me estaban dando todo su amor. 

Cuando te pasa algo de esto no tienes prisas en marchar, lo que quieres es saborear el amor con que la gente vive las cosas. No era la cantidad de comida que me sirvieron, era la calidad del amor con que me trataron. Un amor que da todo lo que tiene.