Mostrando entradas con la etiqueta Domingo de Ramos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Domingo de Ramos. Mostrar todas las entradas

24 mar 2013

Domingo de Ramos


La paciencia de Dios es nuestra salvación
(P. Luis J. Tamayo)

El relato completo de la Pasión de Señor que leemos en el domingo de Ramos, desde la entrada de Jesus en Jerusalen, hasta su juicio y condena ante Pilatos, me hace pensar en la volubilidad humana, no en la de los otros sino en la de uno mismo.
Dos acontecimientos históricos que la liturgia celebra en el mismo Dies Domini: el canto y el grito. Se unen dos hechos en este día de Ramos que constituyen una unidad: El canto del “Hosanna al Hijo de David” con lo gritos terribles del “crucifícale”. Vemos como se pasa de aquellos entusiastas del Domingo de Ramos que gritan: “¡Hosanna al Hijo de David!”, para cuatro días después ser de los que claman: “¡Crucifícale, crucifícale!”. Dos polos opuestos frente a una misma realidad.
Este acontecimiento cada vez que lo leo en profundidad genera en mi dolor, extrañeza, indignación, contradicción. Sea cual fuera la emoción o emociones que surgen del interior de uno ante esos acontecimientos, es importante entender que no es posible mirar a los demás, sin mirarse antes uno mismo. Yo soy esa dualidad!
Estoy ante mi mismo que cuantas veces bien intencionado, con valores y cualidades, que empiezo a poner medios adecuados y que sin embargo lo echo todo a perder por mi engreimiento, o por no tener los horizontes altos, o por una cobarde comodidad, o habría que decir también que por no estar educado para el “esfuerzo sostenido”.
Vivimos en esa contradicción: santos y pecadores. Descubro en mi corazón ya algo de santidad pero también hay pecado. Hay deseos altos que engrandecen nuestro corazón, pero también deseos bajos que lo arrastran. Vivimos en esa locura que tan bien describe San Pablo (Rm 7, 19-25): “Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago. Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios: Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi espíritu, y que me lleva cautivo á la ley del pecado que está en mis miembros.¡Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte? Gracias doy á Dios, por Jesucristo Señor nuestro...”
Jesús no se escandaliza de nuestra contradicción, Él lo asume con gran amor. San Pedro dice (2Pe 3, 12): “Considerad que la paciencia de Dios es nuestra salvación”.
Oración:
Señor, dame paciencia para aprender a vivir en la contradicción sin escandalizarme de mi mismo; aprender a vivir en la dialéctica del deseo de santidad y la presencia del pecado; buscando el camino de la humildad y encontrando el tropiezo de la soberbia; saborear el gozo del amor y tocar la amargura del egoísmo. 

4 abr 2012

Domingo de Ramos


Detalles son amores y no buenas razones

P. Luis J. Tamayo

Hoy celebramos lo que la tradición ha llamado el Domingo de Ramos (Mateo 27, 11-54). Jesús entra hoy en Jerusalén, y a lo largo de esta semana vamos a ver como se desencadena una serie de hechos que van a marcar el momento culmen de nuestra fe: la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesús.

Pero hay que remarcar que todo este cambio de los hechos que rodean la muerte de Jesús desde la entrada gloriosa a Jerusalén, todo el desenlace terrible de la pasión hasta acabar en la cruz… no es un simple devenir de las circunstancias por casualidad ni es el azar.Todo esto no sucede por que sí, sino que es consecuencia de las decisiones que tomó Jesús.

Jesús cuando decide entrar a Jerusalén sabe a donde va y sabe que lo que va a pasar, a partir de ahora los acontecimientos se siguen uno a otro, a partir de ahora se produce como esa imagen del ‘efecto dominó’, es decir, toda la vida de Jesús, sus hechos, sus palabras, sus gestos, etc. han sido poner pieza a pieza del dominó, una seguida a la otra… y hoy, la entrada a Jerusalén será el empuje a la primera pieza que provocará la caída de todas las demás, una detrás de otra.

Pero quisiera recalcar que todos los acontecimientos que marcan la vida de Jesús no son casualidad, no pasan simplemente por que sí, sino que son fruto de las pequeñas decisiones que Jesús fue tomando en su propia vida. no se si vosotros lo habéis reflexionado pero muchas veces yo he escuchado decir: ‘Jesús tenía que morir’ o ‘su muerte fue un acto del destino’. El camino a Jerusalén no sucedió por que sí, sino que fue consecuencia de las decisiones que Jesús fue tomando. Libre y voluntariamente – dice la Escritura.

- Jesús decidió vivir de una forma, fue una decisión libre, escogió acercarse a los necesitados, escogió que no había día sin oración y alimentar su relación con su Padre-Dios, escogió perdonar a los que le hacían daño, escogió no murmurar de los demás por las espaldas sino que buscó decir la verdad con amor y caridad.

Pero lo mismo que Jesús escogió detalle a detalle esa forma de vida, Judas también hizo sus elecciones.

- Judas no dio oportunidad a dejarse amar, Judas decidió desconfiar de Jesús a pesar de sus muestras de amor ya amistad, Judas sonreía a Jesús por fuera pero su corazón estaba ya muy lejos. La traición de Judas no surgió de repente… fue fruto de toda una serie de opciones.Estuve con un matrimonio que se separó, la gente se sorprende… la separación es la conclusión de algo que ya empezó hace mucho tiempo. Dicen que si uno se cae es por que antes ya tropezó.

Hay un dicho popular que dice: Por un clavo se perdió una batalla, es decir, que el capitán de un ejercito montó un caballo al que no había revisado sus herraduras, camino a la batalla, una herradura perdió un clavo, más tarde cabalgando perdió la herradura, y cuando se encontraba galopando para arremeter contra el enemigo el caballo tropezó y calló al suelo mal hiriendo al capitán. Saquemos las conclusiones.

Es decir, que las cosas no acontecen sólo por que sí, sino que son fruto de las decisiones que vamos tomando en nuestra vida, y tomar una decisión es revisar las herraduras como no revisarlas, una decisión es ‘actuar’ como ‘omitir’ (así decimos: pensamientos, palabras, actos y omisiones). ¿Por qué Nadal es campeón del mundo? Por una vida invertida en el tenis, sacrificio, detalles, tiempo. ¿Por qué este chaval acabó con tan buenas notas? Por que fue estudiando día a día; ¿por qué esta niña acabó abortando? Por que fue dando entrada al novio cada vez a más intimidad… omitió el poner los límites del respeto a su persona; una vez que enciendes la mecha el fuego se dispara; ¿Por qué este matrimonio funciona? Por que desde que eran novios se dejaron guiar por un sacerdote. Un matrimonio muy unido me decía: la gente me dice ‘que envidia’, pero la gente se cree que esto es muy fácil… claro ellos ven sólo desde fuera, pero no saben la dedicación, la entrega, los gestos de amor, el tiempo invertido en escuchar, apoyar a mis hijos en todo momento.

Esto nos ayuda a ver que la vida está llena de detalles y que los detalles son vitales.¿Por qué esta persona tiene tan poca fe? Por que un día dejó de rezar por que tenía que ir al médico, luego dejó de practicar los sacramentos por que tenía otra razón, luego empezó a dudar de Dios por que le surgió una contradicción, y detalle tras detalle dejó enfriar el amor. O ¿por qué tanta fe? Porque sabe cuidar con detalle su vida espiritual: una pequeña oración durante el día, un pequeño pensamiento, dar gracias por una persona que me resulta difícil, no salir de casa por la mañana sin la oración hecha, cada vez que meto la pata examinarme y reconocer mi culpa, pedir perdón si es necesario, etc.


El amor son detalles, el amor es una elección por los detalles. San Agustín lo decía: el amor no es un sentimiento, sino un acto de voluntad, una decisión o una elección… A veces, estas decisiones son entradas a Jerusalén, donde la gente te aplaude y te reconoce; y otras veces son auténticos calvarios, donde te sientes rechazado y mal entendido.

En nuestra vida espiritual es lo mismo. Os invito a que esta Semana Santa y el resto de la vida sea una suma de detalles a Jesús. Así dice el dicho popular: Detalles son amores y no buenas razones.

29 mar 2010

Domingo de Ramos


"Detalles son amores y no buenas razones"
(P. Luis Tamayo)

Hoy celebramos lo que la tradición ha llamado el domingo de ramos. Jesús entra hoy en Jerusalén, y a lo largo de esta semana vamos a ver como se desencadena una serie de hechos que van a marcar el momento culmen de nuestra fe: la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesús. A lo largo de esta semana vamos a ver la ironía de los hechos y la ironía del ser humano; cómo este mismo grupo que hoy grita ‘HOSANNA’, días después va a gritar ‘CRUCIFÍCALO’. Así es el hombre que queriendo hacer el bien muchas veces acaba haciendo el mal.

Pero hay que remarcar que todo este cambio de los hechos que rodean la muerte de Jesús desde la entrada gloriosa a Jerusalén, todo el desenlace terrible de la pasión hasta acabar en la cruz… no es un simple devenir de las circunstancias por casualidad ni es el azar. Todo esto no sucede por que sí, sino que es consecuencia de las decisiones que tomó Jesús. 

Jesús cuando decide entrar a Jerusalén sabe a donde va y sabe que lo que va a pasar, a partir de ahora los acontecimientos se siguen uno a otro, a partir de ahora se produce como esa imagen del ‘efecto dominó’, es decir, toda la vida de Jesús, sus hechos, sus palabras, sus gestos, etc. han sido poner pieza a pieza del dominó, una seguida a la otra… y hoy, la entrada a Jerusalén será el empuje a la primera pieza que provocará la caída de todas las demás, una detrás de otra.

Pero quisiera recalcar que todos los acontecimientos que marcan la vida de Jesús no son casualidad, no pasan simplemente por que sí, sino que son fruto de las pequeñas decisiones que Jesús fue tomando en su propia vida. ¿No habéis escuchado muchas veces decir: ‘Jesús tenía que morir’ o ‘su muerte fue un acto del destino’? El camino a Jerusalén no sucedió por que sí, sino que fue consecuencia de las decisiones que Jesús fue tomando.

Jesús decidió vivir de una forma, fue una decisión libre, escogió acercarse a los necesitados, escogió que no había día sin oración y alimentar su relación con su Padre-Dios, escogió perdonar a los que le hacían daño, escogió no murmurar de los demás por las espaldas sino que buscó decir la verdad con amor y caridad.

Pero lo mismo que Jesús escogió detalle a detalle esa forma de vida, Judas también hizo sus elecciones. Judas no dio oportunidad a dejarse amar, Judas decidió desconfiar de Jesús a pesar de sus muestras de amor ya amistad, Judas sonreía a Jesús por fuera pero su corazón estaba ya muy lejos. La traición de Judas no surgió de repente… fue fruto de toda una serie de opciones. Estuve con un matrimonio que se separó, la gente se sorprende… la separación es la conclusión de algo que ya empezó hace mucho tiempo. Dicen que si uno se cae es por que antes ya tropezó.

Hay un dicho popular que dice: "Por un clavo se perdió una batalla", es decir, que el capitán de un ejercito montó un caballo al que no había revisado sus herraduras, camino a la batalla, una herradura perdió un clavo, más tarde cabalgando perdió la herradura, y cuando se encontraba galopando para arremeter contra el enemigo el caballo tropezó y calló al suelo mal hiriendo al capitán. Saquemos las conclusiones.

Es importante entender que las cosas no acontecen sólo por que sí, sino que son fruto de las decisiones que vamos tomando en nuestra vida, y tomar una decisión es revisar las herraduras como no revisarlas, una decisión es ‘actuar’ como ‘omitir’. ¿Por qué este chaval acabó con tan buenas notas? Por que fue estudiando día a día; ¿por qué esta niña acabó abortando? Por que fue dando entrada al novio cada vez a más intimidad… una vez que enciendes la mecha el fuego se dispara; ¿por qué este matrimonio funciona?  Un matrimonio muy unido me decía: la gente me dice ‘que envidia’, pero la gente se cree que esto es muy fácil… claro ellos ven sólo desde fuera, pero no saben la dedicación, la entrega, los gestos de amor, el tiempo invertido en escuchar, apoyar a mis hijos en todo momento. 

Esto nos ayuda a ver que la vida está llena de detalles y que los detalles son vitales. ¿Por qué esta persona tiene tan poca fe? Por que un día dejó de rezar por que tenía que ir al médico, luego dejó de practicar los sacramentos por que tenía otra razón, luego empezó a dudar de Dios por que le surgió una contradicción, y detalle tras detalle dejó enfriar el amor.

Los detalles, el amor son detalles, el amor es una elección por los detalles. San Agustín lo decía: el amor no es un sentimiento, sino un acto de voluntad, una decisión o una elección… y a veces estas decisiones son entradas a Jerusalén, donde la gente te aplaude y te reconoce; y otras veces son auténticos calvarios, donde te sientes rechazado y mal entendido.

En nuestra vida espiritual es lo mismo. Os invito a que esta Semana Santa y el resto de la vida sea una suma de detalles a Jesús como una pequeña oración durante el día, un pequeño pensamiento, dar gracias por una persona que me resulta difícil, no salir de casa por la mañana sin la oración hecha, cada vez que meto la pata examinarme y reconocer mi culpa, pedir perdón si es necesario, etc. Detalles son amores y no buenas razones.