25 dic 2013
Solemnidad de la Natividad del Señor
28 dic 2012
27 dic 2012
Natividad del Señor

25 dic 2011
25 de Diciembre ¡FELIZ NAVIDAD!

25 dic 2010
25 de Diciembre ¡FELIZ NAVIDAD!

P. Luis J. Tamayo
El teólogo medieval Guillermo de S. Thierry dijo una vez: “Dios ha visto que su grandeza provocaba resistencia en el hombre.” Cuantas preguntas, cuantas mentes cerradas por no alcanzar a entender: ¿por qué necesito de la fe para creer en Dios? ¿Por qué si Dios es todo poderoso permite esto y lo otro?. Dios mismo, en su infinita sabiduría, sabiendo de la incapacidad del hombre para acceder a su Misterio, ha elegido un nuevo camino: se ha hecho un niño. Se ha hecho dependiente y débil, se ha hecho necesitado de nuestro amor. “Ahora –dice nuestro Dios que se ha hecho niño– ya no podéis tener miedo de mí, ya sólo podéis amarme.”
«¿Quién como nuestro Dios, que elevado en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?». Así canta Israel en uno de sus Salmos (113 [112],5s), en el que exalta al mismo tiempo la grandeza de Dios y su benévola cercanía a los hombres. Dios reside en lo alto, pero se inclina hacia abajo... Dios es inmensamente grande e inconmensurablemente por encima de nosotros, pero tiene a bien hacerse cercano y accesible.
Benedicto XVI dirá: “En la noche de Belén, esta palabra ha adquirido un sentido completamente nuevo. El inclinarse de Dios ha asumido un realismo inaudito y antes inimaginable. Él se inclina: viene abajo, precisamente Él, como un niño, incluso hasta la miseria del establo, símbolo toda necesidad y estado de abandono de los hombres. Dios baja realmente. Se hace un niño y pone en la condición de dependencia total propia de un ser humano recién nacido. El Creador que tiene todo en sus manos, del que todos nosotros dependemos, se hace pequeño y necesitado del amor humano. Dios está en el establo.”
La primera experiencia del hombre sería esa distancia entre él y Dios que parece infinita. La primera impresión es que el Creador del universo, el que guía todo, está muy lejos de nosotros. Pero la realidad sorprendente es que Dios «elevado en su trono», se inclina hacia abajo. ¿El gran milagro de Dios? la encarnación. ¿El gran misterio de Dios? hacerse verdadero hombre. El hecho de asumir la humanidad, o como dirían los santos Padres, “de tomar la carne humana”, es el comienzo de la salvación del hombre. No sólo hablamos de una salvación después de la muerte, sino de la salvación que ya actúa aquí para aquel que tiene fe. Una salvación que levanta al hombre de su condición débil.

Hablando con un papá me lo decía: “No sabe lo egoísta que yo he llegado a ser. Sólo mirar por mí. Los primeros años de casado mi mujer casi se rompe porque todo el hogar lo asumía ella. Yo enredado con mi campeonato de golf, mi partido de padel, mi copa con los amigos, mi… mi… mi… No tenía capacidad para pensar que ella me necesitaba. El egoísmo me cegaba. ¿Yo limpiar un pañal de un bebe? Jamás!! Pero desde que he conocido a Dios, poco a poco mi corazón se ha ensanchado, la entrega por ella y por mis hijos me hace el hombre más feliz. Ahora, pañales, papillas, chofer de aquí pallá… lo más bonito es cuando llego a casa después de un duro día de trabajo y me quito corbata, zapatos y me pongo en el suelo a jugar con los peques… Me decía este hombre: “Abajarme me hace ser grande”. Este es el poder del amor.
El Evangelio de hoy también lo dice con otras palabras: “Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre” (Jn1, 11-12)
Dios es tan grande que puede hacerse pequeño. Dios es tan poderoso que puede hacerse inerme y venir a nuestro encuentro como niño indefenso para que podamos amarlo. Dios es tan bueno que puede renunciar a su esplendor divino y descender a un establo para que podamos encontrarlo y, de este modo, su bondad nos toque, se nos comunique y continúe actuando a través de nosotros. Esto es la Navidad: Dios se ha hecho uno de nosotros no sólo para que podamos estar con él, sino para que estando junto a él podamos llegar a ser semejantes a él. Semejantes a él en generosidad, en caridad derrochada para con el prójimo, en sencillez de vida, en humildad, en desprendimiento, en limpieza de corazón y en benignidad.
3 ene 2010
Fiesta de la Epifanía

La Epifanía: Dios se manifiesta por los caminos de la sencillez. Pidamos ojos limpios para reconocerle.
P. Luis José Tamayo
La fiesta de la Epifanía es la fiesta de la Manifestación de Dios.
Normalmente, desde niños nos enseñan que la fiesta de la Epifanía celebramos la visita de los Reyes Magos al niño Jesús para rendirle homenaje. Pero el verdadero significado es del revés. Epifanía significa manifestación, es la celebración de la manifestación de Dios a todas las Naciones, representadas las naciones en las razas que representan los tres Reyes Magos. La tez de la piel de color blanca, morena y negra. Dios no solo se manifiesta al pueblo de Israel, como lo había hecho desde antiguo, sino que se manifiesta a la humanidad entera. Jesús será el Salvador para todas las razas, todos los pueblos, todas las naciones.
El Evangelio (Mateo 2, 1-12) narra la sencillez del acontecimiento: “Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con Maria, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron”.
¿Cómo se manifestó Dios? ¿Qué es lo que vieron los Magos de Oriente? Entraron en la casa, vieron al niño con Maria, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron”. Dios se manifiesta en lo más sencillo. Un niño con su madre, en otro evangelio dice: un niño entre pañales.
Los detalles son importantes, pues cuando los evangelistas escribieron en ese tiempo, los géneros literarios que se usaban eran las proezas, las epopeyas de los grandes emperadores o guerreros. Se magnificaban simples hechos en grandes hazañas. Sin embargo, la crudeza del realismo del evangelio nos llama la atención por ser de gran sencillez. ¿Cómo se manifiesta Dios? en la extrema sencillez de un niño entre pañales con su madre.
El Dios de Jesús, el Dios de los cristianos, es un Dios amante de lo sencillo, de lo cotidiano. A Dios se le puede ver y encontrar en lo sencillo y en lo cotidiano, e las cosas del día a día. Santa Teresa de Jesús decía: “Entre pucheros anda Dios”.
A veces nos empeñamos en querer ver a Dios en los milagros, en cosas extraordinarias… y es verdad que Dios puede manifestarse así… pero también es verdad que si solo espero a eso… quizás nunca le vea. De esta forma nos perdemos la lo mejor, nos perdemos el descubrirle en lo más sencillo, descubrirle entre los pañales, en la sonrisa de un niño, en un amigo que te echa una mano en un momento difícil, en alguien que escucha tus problemas, en que ese día las cosas te salieron rodadas, en ese encuentro fortuito con esa persona que hacía tiempo que no la veías y Dios te la puso en tu camino, por esa frase leída en el libro de el que está al lado en el autobús. Cosas sencillas… el Dios de lo sencillo, el Dios que no se esconde, el Dios que no es complicado, el Dios que no juega al escondite, el Dios que se toma enserio el salir al encuentro tuyo cada día de muchas formas… La pregunta está: y tú ¿Cómo le buscas? ¿cómo le esperas? ¿le reconoces?
Necesitamos ojos limpios como María para reconocerle. La Palabra dice que María todo lo que veía que acontecía alrededor de su hijo lo guardaba en su corazón. ¿Tú que guardas en el corazón? Si solo guardamos prejuicios, negatividad, dudas, pegas, pesimismo… así es muy difícil que podamos ver a Dios entre los pucheros...
Para María todo era una historia de Amor de Dios para con ella. Dios se manifiesta para declararte su amor. ¿Le puedes reconocer hoy? Para un momento y descubre como Dios ha salido a tu encuentro en estas Navidades.
26 dic 2009
Fiesta de la Sagrada Familia

Dios forja su Historia de Amor a través de la familia
(P. Luis Tamayo)
Dios no sólo decide hacerse hombre, sino que escoge el seno de una familia para hacerse hombre. Esto es lo que hoy celebramos, el hecho de que Jesús nació en el seno de una familia, y no sólo nació, sino que en la familia creció, se educó y se formó (Evangelio de hoy: Lc 2, 41-52).
Es admirable pensar en como todo un Dios creador del universo y de su orden, un Dios creador de las leyes que rigen el cosmos y la naturaleza, Dios mismo decide someterse a las leyes humanas. No se salta el camino humano, sino que El mismo se somete y adopta los mismo caminos de cualquier hombre. Todo ser humano nace y crece en el seno de una familia.
¿A caso Dios no podía haber escogido otro camino para hacerse presente entre los hombres? Ahora que estamos tan acostumbrados a películas de ciencia ficción… cuando aparece el salvador de la película envuelto en llamas, o un coche fantástico, o en una nave supersónica.
Pero no es así. Jesús escogió el camino de todo hombre. Jesús fue nacido de mujer, Jesús nace en el seno de una familia, Jesucristo tuvo un papá y una mamá.
Es importante darse cuenta que Dios nada de lo que hace lo hace por casualidad o coincidencia… sino que Dios, en su sabiduría infinita, sabe bien lo que hace. Dios escogiendo nacer en una familia está haciendo la Historia de la Salvación. Pudiendo escoger otro camino, escoge el camino de la familia para sí y para todo hombre. Dios ha querido que la historia del Amor de Dios para con cada hombre ha de pasar necesariamente por la familia.
Sino, ¿cómo uno puede hacerse una idea del rostro del amor de Dios-Padre sino es por los gestos de amor de su propio padre? o ¿cómo puede uno imaginarse la ternura de la Virgen María sino es por la experiencia del cariño de una madre? La historia de Amor de Dios con el hombre pasa por reconocer que Dios me ha amado desde siempre por medio de mis padres, Dios ha volcado su protección por medio de mi familia, Dios me ha dado la fe heredada de unos abuelos, Dios quiere hacer conmigo una historia de amor incondicional a través de mi familia. Uno aprende a reconocer el amor de Dios a través de la familia.
La familia merece la pena! Merece la pena luchar por la familia, trabajar por la familia, proteger a la familia, invertirse por la familia. La familia nos lo da todo, debiera darlo todo. ¿A caso no estas agradecido por todo lo que has recibido por tu familia? Y aunque una familia no sea perfecta, y uno haya sufrido las dificultades dentro de la familia, casi siempre uno ha recibido un montón de cosas positivas de la familia.
Cuando veo a mis amigos, muchos de ellos en la crisis de los 40… y rompen los vínculos, dicen que no merece la pena, se encuentran sin fuerza, lo que un día pareció maravilloso 3 o 4 años después no hay capacidad para soñar… ¿Qué pasa? ¿Será que no entendemos que la familia es un don por el que merece la pena luchar?
Os voy a contar una fábula:
"Había un incendio en un gran bosque de bambú; el incendio formaba llamaradas impresionantes, de una altura extraordinaria; y una pequeña ave, muy pequeñita, fue al río, mojó sus alas y regresó sobre el gran incendio, y las empezó a agitar para apagarlo; regresaba al río a por agua y volvía a ir una y otra vez; y los dioses que la observaban, sorprendidos la mandaron a llamar y le dijeron:
Oye, por qué estás haciendo eso? Cómo crees que con esas gotitas de agua puedas tú apagar un incendio de tales dimensiones? Date cuenta, no podrás lograrlo.
Y el ave humildemente contestó:
"El bosque me ha dado tanto… Yo nací en este bosque que me ha enseñado la naturaleza, me ha dado el alimento, el refugio, me ha dado todo mi ser. Este bosque es mi origen y mi hogar y por ello no me importa gastar todas mis fuerzas lanzando gotitas de amor, aunque no se si lo pueda apagar". Los dioses entendieron lo que hacía la pequeña ave y le ayudaron a apagar el incendio".
Merece la pena gastar todas las fuerzas en pequeños gestos de amor por la familia. La familia es mi origen y mi hogar y por ello no me importa gastar todas mis fuerzas lanzando gotitas de amor. Cada acción que con amor y entusiasmo emprendemos, es cosecha para un mejor mañana. No subestimes tus gotitas de amor, pues millones de ellas forman un océano. Todo acto que con amor realizamos por la familia, regresa a nosotros multiplicado. O ¿a caso no crees que Dios te va a ayudar a construir tu familia? La familia merece la pena!!!
21 dic 2009
Feliz Navidad! / Merry Christmas!

Vitaminas de Fe os desea Feliz Navidad. Que Dios os bendiga!
31 dic 2008
Descubrir el sentido más profundo de los acontecimientos

27 dic 2008
28 de Diciembre - La Sagrada Familia

Dios escoge el seno de una familia