20 nov 2011

Fiesta de Cristo Rey

“Yo soy Rey, pero mi reinado no es de este mundo”

P. Luis J. Tamayo

Mateo 25, 31-46: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas, de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis."

Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mi, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis. Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistirnos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»

¿Cuál es la imagen de Jesús con la que se cierra el año litúrgico? Jesús como Rey. ¿Por qué esta imagen de Cristo Rey? Con esta fiesta de la solemnidad de Cristo Rey, el año litúrgico llega a su fin. Desde que da comienzo el año litúrgico, hemos ido recorriendo los diversos misterios que componen el único misterio de Cristo: desde el anuncio de su venida (Adviento), vida, pasión, muerte y resurrección. Se ha ido construyendo un arco, al que hoy ponemos la piedra angular. Este es el sentido profundo de la solemnidad de Cristo, Rey del Universo, es decir, de Cristo Glorioso centro de la creación, de la historia y del mundo.

Pío XI, al establecer esta fiesta, quiso centrar la atención de todos en la imagen de Cristo, Rey divino, tal como la representaba la primitiva Iglesia, (Pantocrator: «todopoderoso», del griego pantokrátor, compuesto de pâs pantós: «todo» y de un derivado de krátos: «fuerza, poder») sentado a la derecha del Padre en el ábside de las basílicas cristianas, aparece rodeado de gloria y majestad. La verdad es que hoy día esta imagen no ayuda mucho si no se entiende bien.

La imagen de Rey para mucha gente de la Iglesia puede llegar a tener una connotación de autoridad, de juez soberano y de acusador con connotación negativa. ¿Qué imagen proyectamos en Jesús cuando hablamos de Él como Rey? Es una buena pregunta, pues le dice Jesús a Pilatos: “Yo soy Rey, pero mi reinado no es de este mundo”.

Un Rey que abre los brazos y nos dice: Venid vosotros, Venid a mi, en mis brazos tenéis un lugar… no estéis solos.

Un Rey que con mucho cariño llama a su gente: Benditos, hombres de bien.

Un Rey que pone en nuestras manos todo lo suyo: Heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo… Nos hace coparticipes de su reinado.

Un Rey que se identifica con el hambriento, con el sediento, con el sin techo, con el desnudo, el enfermo, y el prisionero… ¿Qué clase de Rey es este? Obviamente no de este mundo, no es el Rey de nuestros criterios, de los reportajes de la revista HOLA, o de las regatas de veleros.

Un Rey que se hace uno con el último, con el que sufre, con el que no cuenta… Un Rey que no se desentiende de los problemas de los demás…

Y por otro lado, un Rey que recompensa con su amor y cariño a quien hace algo por él en los más desfavorecidos… Lo que hiciste a cada uno de estos a mi me lo hiciste. El Rey de un reino que rige el amor, el compromiso, la solidaridad y el arrimar el hombro.

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La fiesta de Cristo Rey fue instituida en 1925 por el papa Pío XI, que la fijó en el domingo anterior a la solemnidad de todos los santos. Pío XI estableció esa fiesta, como él mismo dijo explícitamente en la encíclica Quas primas, con una finalidad de pedagogía espiritual. Ante los avances del ateísmo y de la secularización de la sociedad quería afirmar la soberana autoridad de Cristo sobre los hombres y las instituciones. En 1970 se quiso destacar más el carácter cósmico y escatológico del reinado de Cristo. La fiesta se convirtió en la de Cristo "Rey del Universo" y se fijó en el último domingo per annum. Con ella apunta ya el tiempo de adviento en la perspectiva de la venida gloriosa del Señor.

La transformación de la segunda parte de la oración colecta revela claramente el cambio introducido en el tema de la fiesta. La oración de 1925 pedía a Dios "que todos los pueblos disgregados por la herida del pecado, se sometan al suavísimo imperio" del reino de Cristo. El texto modificado pide a Dios "que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te glorifique sin fin".

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